Escribe profesor de secundaria libro sobre la soya en Xoxocotla

Alumnos y alumnas en el campo

Alumnos y alumnas en el campo

Por Máximo Cerdio

Xoxocotla, Morelos; 19 de febrero de 2024. De acuerdo con los expertos, en poco más de dos décadas, la población mundial aumentará hasta nueve millones de personas y en el planeta, los recurso son cada vez más limitados.

Quedarán sólo 50 alimentos que permitirán a la humanidad sobrevivir en un planeta saludable, uno de esos es la soya.

En Xoxocotla, el profesor Felipe Bahena Jacobo comenzó con este cultivo hace aproximadamente 9 años en la secundaria donde trabaja desde 2014; a la fecha, se ha difundido los beneficios de esta semilla entre los alumnos y la población: amas de casa principalmente, ejidatarios y productores; además, prepara un libro con la historia de la soya en el municipio indígena.

Alumnos elaboran productos de soya y los comparten

El domingo 21 de enero, de 2024, en el “Segundo Concurso Gastronómico ‘Sembrando Vida”’, organizado por el ayuntamiento de Tlaquiltenango, alumnos de la Escuela Secundaria Técnica número 9 Texmatlani ofrecieron una degustación de productos con base de soya.

Junto con las cocineras participantes y apoyados por el profesor de la materia de Agricultura, Felipe Bahena Jacobo y por su asistente Yesenia Daniel Ménez, Brayan Yahel Ramos Martínez, Miguel Ángel Leal Olvera, María Fernanda Colín Arroyo, Regina Méndez Pineda y Lyah Soberanes Daniel, brindaron varios productos de soya y dieron pruebas a los asistentes: agua de horchata, ceviche, ensalada rusa, tacos (fritos), buñuelos, mazapán, entre otros.

Quienes asistieron al concurso también degustaron los productos de las alumnas y alumnos y se mostraron interesados en el proceso de elaboración de esta leguminosa.

Los alumnos y los profesores fueron felicitados por el chef Diego Rodríguez, profesor de la Universidad Tecnológica del Sur del Estado de Morelos, quien fue jurado calificador en el concurso de cocineras tradicionales.

Diego Rodríguez dijo que es importante que los maestros informen a sus alumnos sobre la situación de los alimentos en México y en el mundo, y que inculquen a sus alumnos el uso de opciones para preparar alimentos más nutritivo y alternos.

El profesor Felipe Bahena Jacobo, ingeniero agrónomo fitotecnista egresado del Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero (CSAEGRO), afirmó en entrevista que la escuela secundaria cuenta con un campo experimental o parcelas escolar demostrativa de 1 mil 000 m2, de donde se obtiene una producción de 180 a 200 kilogramos de soya. La época de siembra es del 20 o 24 de junio.

El objetivo de su materia, Agricultura, es vincular los contenidos de las disciplinas académicas con la asignatura de (de la teoría a la práctica): manejo del cultivo, producción, distribución y proceso de la soya en alimentos ricos en proteína vegetal y conocimientos de las propiedades nutricionales y medicinales para las personas que la consumen.

Desde que comenzó a cultivar la parcela a la a fecha, ha habido 9 generaciones de alumnos que han aprendido a cultivar a sembrar, cosechar y a elaborar aproximadamente 20 cultivos, incluida la soya: caña, arroz, sorgo, maíz, pepino, tomate, cempaxúchitl, hortalizas…

Bahena Jacobo explicó que su finalidad no es formar productores, los educa para ser responsables, él es entregado, perseverante, constante en su trabajo, y los muchachos lo observan; eso es un valor que él enseña con el ejemplo.

“Importa que desarrollen habilidades como la lectura, la escritura, a ortografía, que investiguen, a elaborar textos, busco que se logren los pilares de la educación: el saber, el saber hacer, el saber ser y el saber estar”.

Ingeniero Felipe Bahena Jacobo el campo experimental

Ingeniero Felipe Bahena Jacobo el campo experimental

Guerrero, tiene patentadas variedades de soya

Bahena Jacobo también contó que en este trabajo de selección de la semilla, siembra, cultivo y cosecha y difusión de los beneficios de la soya, el CSAEGRO ha desempeñado un papel muy importante.

“Los investigadores y maestros del CSAEGRO han trabajado con la Secundaria Técnica 9 de Xoxocotla, así como con el propio municipio de Xoxocotla y con el ejido del mismo lugar. Han impartido varios talleres con el objetivo de que la sociedad, sobre todo las amas de casa y los campesinos, conozcan los beneficios de esta semilla”.

En entrevista, hace algunas semanas, el profesor e investigador del CSAEGRO, Jesús Salmerón Erdosay, explicó que en el aspecto nutricional, la soya es un alimento que tiene múltiples beneficios, es rico en sabor, contiene 40 por ciento de proteína, de su procesamiento se obtienen dos productos básicos: leche y masa, con los cuales se pueden elaborar un sinfín de recetas de la cocina tradicional mexicana, desde agua fresca, atole, buñuelos, tinga, ceviche, chorizo, ensaladas, donas, gelatinas, mazapanes, entre muchas otras.

También puede redituar en grandes beneficios para el agricultor, ya que es resistente a las condiciones cálidas y de poca lluvia de la región, incluso a suelos poco productivos, pero obteniendo buenos rendimientos.

No se desperdicia nada de la planta, incluso el tallo y las hojas se usa como forraje para el ganado, al cual le aporta mucha calidad; incluso, su siembra favorece el mejoramiento del suelo.

Afirmó que falta mucho apoyo para la difusión de este cultivo.

Jesús Salmerón Erdosay ha estudiado y experimentado desde hace varios años con la soya.

De manera conjunta con el CSAEGRO, logró patentar dos variedades, “Valente” y “Albina”, por lo que ahora buscan acercar los resultados de esas investigaciones a la población mexicana.

Investigador Jesús Salmerón Erdosay

Investigador Jesús Salmerón Erdosay

Mejorando la semilla

El profesor de la secundaria de Xoxocotla relató que en la actualidad trabaja con cuatro variedad de soya: Salcer, Ojo de tigre, Albina y Valente, todas originadas en los laboratorios del CSAEGRO, y que hay un productor en San José, Puente de Ixtla, que sembró 6 tareas de soya de la variedad Albina, pero mejorada:

“De manera conjunta con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, inoculamos algunas bacterias en la semilla de la soya, con el objetivo de mejorar el desarrollo, pero sin fertilizar, porque la soya es fijadora del nitrógeno del medio ambiente. Hicimos el experimento para fortalecer ese proceso de mejorar la producción de bacterias, de nódulos en las raíces y que éstos evitara fertilizar la semilla. La bacteria Azospirillum fue la que mejor se manifestó en el desarrollo. “Ahorita establecimos 16 kilos aproximadamente, para 7 u ocho tareas; y esta semilla es justamente la que sembró el productor de San José, Puente de Ixtla; la planta mide 40 centímetros y va creciendo muy bien”, abundó.

Socializar

Para Felipe Bahena es importante que los beneficios de esta semilla se conozcan, por ello, de manera conjunta con el CSAEGRO ha impartido de 10 a 15 cursos, talleres y pláticas con productores y pobladores de Xoxocotla:

“Los temas que tratamos son: Preparación del terreno; Siembra; Control de plagas y enfermedades; Aplicación de fulierer y sulfato ferroso; Propiedades nutricionales y medicinales; Uso pecuario; Ingresos económicos; Costos de producción (bajos); Resistencia a plagas y sequía; Uso y proceso de la soya en alimentos para las personas; Contenido de proteína vegetal (41 por ciento), entre otros temas”.

Ingeniero Felipe Bahena Jacobo

Ingeniero Felipe Bahena Jacobo

Prepara un libro sobre la soya

Felipe Bahena Jacobo dio a conocer que está preparando un libro sobre la soya en Xoxocotla, con toda su experiencia desde que se estableció contacto con el Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero, hasta que se plantó, cuidó y se realizó la primera cosecha de soya en la secundaria.

También abordará la labor de difusión que con la autorización y participación activa del director de la escuela, ingeniero Juan Carlos Chávez García, ha tenido la Escuela Secundaria Técnica número 9 Texmatlani con los habitantes del municipio indígena de Xoxocotla, con los ejidatarios y productores, quienes, a decir del propio Felipe Bahena Jacobo han visto con muy buenos ojos el cultivo y se preparan para sembrar algunas hectáreas de prueba.

Bahena Jacobo explicó que el libro estará dirigido a los alumnos y maestros de escuelas secundarias técnicas de Morelos y de México, a las amas de casa y a los productos; en él se utilizará un lenguaje sencillo, nada técnico o rebuscado, para que conozcan los beneficios de esta semilla y, en su caso, se consuma y se produzca.

“Con la información de libro impreso y digital se podría llegar a más personas, incluso fuera del estado y del país”, acotó.

En la actualidad, está en pláticas con funcionarios a cargo del programa Federal Sembrado vida y con los investigadores de la Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero, su objetivo es que los productores de todo el país conozcan los beneficios de la soya mejorada y la cultiven.

La soya, el alimento del futuro

En el documento 50 alimentos para personas más saludables y un planeta más saludable (https://www.amr.org.mx/docs/Datos-Industria-Knorr-50-alimentos.pdf), El doctor Tony Juniper, director Ejecutivo de Abogacía de WWF-UK explica que la alimentación global se basa en una pequeña gama de alimentos; lo cual impacta negativamente a nuestra salud y a nuestro planeta. Actualmente 75 por ciento del suministro mundial de alimentos proviene de 12 plantas y cinco especies de animales. Sólo tres (arroz, maíz y trigo) representan 60 por ciento de las calorías de fuente vegetal que ingiere una persona en su dieta diaria. La poca diversidad en nuestros alimentos limita la ingesta de vitaminas y minerales necesarios para nuestra salud.

Desde 1900, 75 por ciento de la diversidad genética de plantas cultivadas ha disminuido considerablemente. En la mayoría de los países de Asia, el número de especies de arroz ha pasado de ser miles a solo una docena. En Tailandia, por ejemplo; de 16 mil 000 variedades de arroz actualmente solo se cultivan 37. En el siglo pasado, en Estados Unidos se perdieron 80 por ciento de las variedades de repollo, arveja y tomate.

Entre los alimentos alternativos que serán básicos para que la humanidad sobreviva están: alga laver, alga wakame, frijoles adzuki, frijol negro de tortuga, habas, frijol-bambara/cacahuate bambar, frijol caupí, lentejas, frijol marama, frijol mungo, soya, nopal, amaranto, trigo sarraceno, dedo mijo, fonio, trigo khorasan, quinoa, espelta, tefe, arroz salvaje, flores de calabaza, quimbombó, tomate naranja solanum, remolacha, brote, col de hojas, moringa, col china, hoja de calabaza, col morada, espinaca, berro, hongos enoki, hongo maitake, hongo azafrán, semillas de linaza, semillas de cáñamo, semillas de sésamo, nueces, escorzonera, perejil de hamburgo, rábano blanco, alfalfa, brotes de frijol rojo, garbanzo germinado, raíz de lotus, ube de la india, frijol ñame (jicama) y papa dulce roja de indonesia (camote).

Semillas de soya

Semillas de soya

En relación con la soya, el valor nutrimental hace de ella un alimento incuestionablemente potente. La soya cruda contiene 38 gramos de proteína por 100 gramos, que es similar al cerdo y tres veces más que el huevo. Suministra más proteína por hectárea que cualquier otro cultivo, contiene vitamina K y B y una cantidad significante de hierro, manganeso, fósforo, cobre, potasio, magnesio, cinc, selenio y calcio. La soya, rica en nutrimentos, está presenta en una gran variedad de productos y formatos como el tofu, leche de sopa, miso, tempeh y edemame.

A pesar de su versatilidad y valor nutrimental, tres cuartos de toda la soya producida no es para el consumo humano, sino para la alimentación de animales.

Es necesario un gran volumen de soya como alimento animal para producir una pequeña cantidad de carne, lo que destaca la ineficiencia en el sistema alimentario. Aves es el sector pecuario número uno que consume soya.