El vehículo de Sergio David
Por Máximo Cerdio
Jojutla, Morelos; 10 de noviembre de 2024. Sergio David Díaz Busto, tiene 31 años y el domingo cumple 32. Acaba de terminar la licenciatura en Administración y mercadotecnia y busca un empleo estable.
Está sentado en una banca del parque Ricardo Salinas y ajusta la llanta delantera de su vehículo, algo raro si se le ve por primera vez y desde cierta distancia. Está hecho con una silla de ruedas especial y con partes de bicicleta. El chicote se aflojó y ahora lo ajusta, dice que es algo sencillo, que no lleva más que un minuto y después va a seguir trabajando.
Su transporte personal tiene como 7 años, y lo fue construyendo y modificando conforme sus necesidades de movilidad se lo pedían. Tardó un buen tiempo en dejarlo listo.
Al principio no podía, llegó un momento en se desesperó y estuvo a punto de tirar la toalla, porque no quería cualquier vehículo, necesitaba algo distinto, que le gustara y le sirviera, algo que fuera suyo y pudiera disfrutar.
Fueron muchos meses de ensayo y error, de quitar, de poner, muy difícil, porque en su mente algo le estaba diciendo que no podía, que para qué le intentaba si no iba a poder, que mejor se regresara a la cama, que se quedara ahí, tirado, viendo el techo, conmiserándose.
Pero le entró un segundo aire y por fin sintió que avanzaba y poco a poco fue afinando detalles.
Su vehículo le cambió la vida. Dicen que no debe uno encariñarse mucho con las cosas materiales, pero a él le abrió el mundo, lo sacó de su cuarto, de su casa, le dio libertad, lo lleva a todos lados y además lo regresa a su casa.
Tenía un dinerito ahorrado y en lo mejor que pudo invertir fue en su transporte personalizado, adaptado, modificado para él.
Una fundación de nombre Vida Independiente le donó la silla de ruedas y lo demás una empresa que se llama Xicoténcatl, pero eran piezas, y el comenzó a armar, a diseñar a probar.
Con su transporte ha hecho hasta 36 kilómetros, pero cada día avanza más. Sale de Galeana, llega a Jojutla, luego a Tlatenchi, después a Panchimalco, cruza y se va a Santa Rosa 30, se mete hacia la vía, es su circuito. Quiere llegar más y más lejos.
Sergio David es comerciante, vende botanas que resguarda en una bolsa que carga en su vehículo.
Dice que también tiene prótesis, que son muy buenas, se las dio el DIF, y las usa y le gustan, pero no se comparan con la velocidad, comodidad y distancia que puede hacer con su transporte adaptado. Siente que su vehículo es una parte de él, lo siente como sus extremidades y es muy rápido.
Acá en el sur de Morelos, las ciudades no están adaptada para personas que tienen una discapacidad, la movilidad se vuelve complicada y a veces imposible, incluso mucha gente no tiene conciencia de lo que eso significa para las personas con problemas de movilidad y les hace la vida más difícil, se estacionan donde no deben y les impiden el paso, no se detienen cuando se necesita cruzar las calles y avenidas.
Las personas con discapacidad deben superar sus propios problemas, los de la ciudad que no está adaptada y los que la gente les va poniendo en el camino y en la vida.
Pero Sergio David dice que por muy difícil que sea, si hay obstáculos uno tiene que ser más fuerte que ellos, si uno no lo intenta no sabe uno si podrá vencerlos, es necesario ser aventado, si no puedes, se intenta de nuevo y de nuevo, hay que persistir, no desanimarse, no dejarse vencer.
Sergio acaba de terminar la universidad, estudio en el Colegio Stanford la licenciatura en Administración y mercadotecnia, terminó hace un mes y espera su título, pero como necesita recursos sale a vender y dice que le va muy bien.
Vive en Zacatepec, en Galeana, con su mamá, su papá murió en Estados Unidos.
El Güero, como le dicen en su barrio, fue alcanzado por una descarga eléctrica hace 9 años, casi lo mata. Perdió sus dos extremidades, además se quemó parte la mitad del cuerpo y el brazo derecho. Ocurrió en Taxco, Guerrero, donde trabajaba pintado unas fachadas de casas.
Mientras estudiaba en Taxco, su papá le mandaba dinero de Estados Unidos, pero un años después de su accidente, su papá falleció allá en Norteamérica, entonces dejó de estudiar y se puso a trabajar.
Fue muy difícil y doloroso verse incompleto, en un principio, no lo podía creer, estaba ahí en la cama, sin poder hacer nada, derrotado completamente, y así pasó mucho tiempo, hundido, incluso pensó muchas veces en quitarse la vida porque sentía que ya no tenía sentido seguir viviendo, su embargo con la ayuda de sus familiares fue saliendo poco a poco de esta situación.
La mente es muy engañosa, estando postrado le decía que yo no iba a poder, que se quedara ahí, que se conformara, ¿para qué lo intentaba?
Sergio se siente muy contento de estar vivo y siempre que sale a vender le va muy bien, esa es la verdad, inicia con la actitud de que le va a ir bien y le va bien. Es bonito vivir, todas las cosas tienen su lado bueno, pero depende de uno buscarla, encontrarla y aprovecharla, hasta ahora él cree que lo ha encontrado, le gusta mucho vivir.
Como siempre anda afuera, se encuentra personas con las que platica, que le muestran su aprecio, y también puede observar a muchas gentes que están en una situación difícil o pasaron un problema como el suyo o más difícil.
A Sergio le gusta la música, cantar, andar entre la gente; también practica deportes en silla de ruedas, y pertenece al representativo de Morelos, con quien consiguió un campeonato.
Vive en Galeana con su mamá, quien también se dedica a la venta ambulante, y tiene dos hermanos mayores una hermana que vive en Taxco, con su familia y su hermano, que vive en California, en Estados Unidos.
Siempre ha trabajado, jamás ha dicho no a las oportunidades laborales y a los retos. Toda la vida se ha encontrado con persona que lo han ayudado de una u otra forma.
El sueño Sergio es hallar un trabajo en el área que estudió, que es que es Administración y mercadotecnia. En el afán de superarse terminó con la licenciatura y, además, estudió inglés.
Sergio quiere llegar a formar una familia con una esposa y sus hijos, eso es lo que más desea en la vida.
De acuerdo con el censo de 2020 del El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en Morelos, 109 mil 255 personas se identificaron como población con discapacidad, y representan 5.5 por ciento del total de la población de la entidad; de este universo hay 53.1 por ciento de mujeres, y 46.9 por ciento de hombres.