Día de la Lucha Libre y del Luchador
Por Máximo Cerdio
Jojutla. El 21 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional, de acuerdo con la declaratoria de la Secretaría de Gobernación federal de 2019. Un año antes, se declaró a la Lucha Libre Mexicana como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, ya que constituye una expresión de identidad de la cultura popular urbana.
Se escogió el 21 de septiembre como la fecha oficial, pues fue ese día en el que se llevó a cabo la primera función en la Arena Modelo, ahora Arena México, la cual marcó la fundación de lo que hoy es el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).
En Morelos, el deporte espectáculo se declaró patrimonio cultural intangible por decreto número mil doscientos ochenta y seis, del Periódico Oficial Tierra y Libertad del 14 de septiembre de 2023, y entre los argumentos se expone que la lucha libre, es un deporte popular por excelencia, que ha sido un escaparate para generaciones de personas donde, gracias al mencionado deporte, ha forjado cuerpos y ha sido un dispersor de la violencia en la gente que lo practica. Han sido ejemplo para niños e inspiración para las juventudes que desean superarse en el ámbito deportivo, también da como resultado el desarrollo cultural por el desarrollo de personajes, así como el gran bagaje de diseños de máscaras.
México aportó a la filmografía mundial dos géneros, a saber: el cine de rumberas y el cine de luchadores, este último se trata de películas mexicanas de lucha libre profesional combinadas con géneros como acción, ciencia ficción, y terror, y protagonizadas por algunos de los luchadores enmascarados más populares de la lucha libre mexicana.
Los gladiadores son superhéroes, desde luego sin poderes, que participan en batallas, a puñetazos, patadas, panzazos, cabezazos contra la maldad, representada por una antología de seres que van desde espías, momias monstruos, hombres lobo, hasta vampiros y marcianos.
Estas cintas eran de bajo presupuesto, los efectos especiales eran muy rústicos, en muchas escenas se pueden ver el cierre en la espalda del monstruo o la guía del cordel del murciélago que se convertía en vampiro.
Los largometrajes, que se filmaban en tiempos récord, incluían secuencias de acción con los propios luchadores profesionales, sin la ayuda de dobles.
El público iba mucho a los grandes salones de cine de aquella época que tenían hasta tres mil butacas, y en los estrenos no cabía un alfiler, ya que los luchadores protagonistas eran invitados a la primera exhibición.
La mayor popularidad del cine de luchadores fue entre mediados de los años 1960 y principios de los años 1970, y produjeron al menos 150 películas de luchadores. En 1955, el público que asistía a estas funciones, las cambió por los largometrajes de mujeres encueradas, en el llamado cine de ficheras o de comedia erótica.
Durante el cine de luchadores algunos directores incluían a mujeres muy guapas de y de cuerpos esculturales, con poca ropa, como atractivo visual y para engrandecer la imagen varonil de los gladiadores.
La primera película de luchadores se llamó Huracán Ramírez, una cinta de 1953, dirigida por Joselito Rodríguez y coescrita por Rodríguez, Juan Rodríguez Mas y Jesús Saucedo.
Trata de la historia de Fernando Torres, un joven que decide seguir los pasos de su padre al adoptar la identidad secreta de Huracán Ramírez, un luchador enmascarado, a pesar de los deseos de su padre.
Esta primera cinta no corresponde al modelo que impondrían después las películas de lucha libre, en donde por necesidad se incluían peleas de lucha libre sobre el cuadrilátero, acción, enfrentamientos contra seres extraordinarios, escenas de amor, persecuciones a pie (porque no había tanto presupuesto para coches), entre otros aspectos.
La trama de Huracán Ramírez fue más dramática y de comedia ligera. Aunque el actor David Silva interpretó el papel de Fernando Torres, las escenas de lucha y las secuencias de acción fueron de Eduardo Bonada, luchador en la vida real, quien fue contratado para luchar como Huracán Ramírez luego del estreno de la película, hasta que se cansó y fue reemplazado por el luchador Daniel García.
Daniel García, popularizó el personaje, y continuó luchando como Huracán Ramírez hasta su retiro de la lucha libre en 1988.
En las primeras etapas de la producción en el guion aparecía como Huracán López, pero después se le cambió el apellido, para evitar confusiones con el ya existente luchador Tarzán López.
La película que tendría todos los elementos característicos del cine de luchadores sería El enmascarado de plata, de 1954, aunque algunos la ubican en 1952. Fue dirigida por René Cardona, y protagonizada por Víctor Junco, Crox Alvarado, Luis ldás, Aurora Segura, René Cardona Jr., y se estrenó el 2 de abril de 1954.
Aunque el título refiere al Santo, éste no participaría en la cinta. En esa ápoca El Santo era muy popular, y la productora Filmex invirtió en una producción cinematográfica que lleva por título el nombre del popular ídolo del cuadrilátero. Le ofrecieron el papel principal al Santo, pero éste no lo aceptó, y en su lugar participó el Médico Asesino.
No pasaría mucho tiempo para que el mero mero de las luchas, la leyenda enmascarada, Santo el enmascarado de plata, hiciera su debut en la pantalla grande y se convirtiera en el fenómeno mundial que sigue siendo actual en nuestros tiempos. El Santo, protagonizó 52 películas.
Como luchador peleó de 1942 a 1982, periodo de cuatro décadas en el que nunca le pudieron quitar la máscara.
Desde los años 50 en México era un héroe popular y un símbolo de la justicia para las personas, ya que su personaje trascendió el ámbito de la lucha libre y se transformó en un superhéroe.
En 1952 el autor y editor de cómics mexicano, José Guadalupe Cruz Díaz, creó la publicación semanal Santo, El Enmascarado de Plata ¡Una aventura atómica!, historieta que llegó a vender miles de ejemplares semanales.
Rodolfo Guzmán Huerta debutó en el cine por partida doble en 1958, en las coproducciones cubano-mexicanas rodadas en la Habana: Santo contra el cerebro del mal y Santo contra los hombres infernales, ambas dirigidas por Joselito Rodríguez.
Su siguiente aparición fue hasta 1961, con Santo contra los Zombis, de Benito Alazkarri.
Según los que saben Santo contra los Zombis es la primera cinta de Santo dentro del género fantástico, aunque en México la sigan considerando en el ámbito del cine de luchadores.
En el largometraje, la leyenda enmascarada se enfrenta a unos criminales, liderados por un científico loco cuyo objetivo es convertir a la población en zombis por medio del vudú.
El Santo se convirtió en un referente mediático internacional, debido a su incursión en el cine protagonizando películas en las cuales peleó contra distintos enemigos muy diversos que formaban parte de los espantos más horrendos de ese tiempo como hombres lobo, mujeres vampiro, la llorona, muertos viviente, también lo más moderno de esas épocas: los extraterrestres.
La fama del héroe enmascarado fama no se quedó en México, llegó a gran parte de América Latina, Europa y algunos lugares tan distantes como Líbano o Turquía.
Varios luchadores enmascarados como Blue Demon, Huracán Ramírez, Mil máscaras, Rayo de jalisco, Tinieblas, entre otros, protagonizaron películas de este género, pero ninguno le llegó al Santo.
La película de luchadores de mayor éxito en México fue Las Momias de Guanajuato. En esa película de 1970, El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras se unen para luchar contra un grupo de momias reanimadas.
Muchos quedamos traumados por estas horrendas escenas que vimos en el cine; despertábamos por las noches con esas pesadillas. Después, cuando de grandes volvimos a ver la cinta, no entendimos cómo eso nos causó tanto terror.
Una de las rarezas del cine de luchadores fue la película El Santo y el tesoro de Drácula, de 1968.
Mucho tiempo se tomó como una leyenda urbana que el Santo, cuando filmaba, hacía una versión para toda la familia y otra para adultos, pero siempre quedó como eso, como un rumor.
Sin embargo, hace algunos años se reveló que sí había al menos una de las cintas, la de El Santo y el tesoro de Drácula, que tuvo una versión completa y sin censura en las que aparecen vampiresas sin ropa.
La película estaba lista para ser proyectada en el Festival de Cine de Guadalajara, en marzo de 2011, dentro de una serie dedicada a los vampiros. Sin embargo, el ‘Hijo del Santo’ la tachó de inmoral y ya no se proyectó en ese momento.
La cinta se titulaba ‘El Vampiro y el Sexo’, y en efecto, fue una versión paralela de otra cinta clasificación A: Santo en el tesoro de Drácula. Los que saben dicen que en la época se usaba rodar una versión familiar y otra para adultos, que se distribuía principalmente en Europa. El Vampiro y el Sexo no salió a la luz, debido a un acuerdo privado entre Cardona y El Santo.
Santo en: el tesoro de Drácula, se proyectó durante cuatro semanas a partir del 24 de julio de 1969 en los cines: Orfeón, Ópera, Reforma, Nacional, Tlacopan, Mitla, Acapulco, Jalisco, Titán, Naúr, Hidalgo y Emiliano Zapata, de la Ciudad de México. La trama es similar a la de otras películas del cine de luchadores: investigación policíaca, suspenso, fuerzas ocultas y lucha libre.
Simultáneamente, en algunos cines del sur de Estados Unidos se proyectó una versión similar con el nombre de “El vampiro y el sexo”, con escenas eróticas donde participaban algunas de las vedettes más famosas de la época: Jessica Rivano, Diana Arriaga, Paulette, Magali, entre otras, personificaban a vampiresas semidesnudas que participaban en ritos de iniciación encabezados por un sombrío personaje llamado doctor Alucard (Aldo Monti), una versión libre del conde Drácula.