Tino Barrios y el León del Acordeón, la última historia

Tino y Leonardo

Tino y Leonardo

Por Máximo Cerdio

Jojutla, Morelos; 6 de septiembre de 2014. La última vez que Leonardo Martínez Soriano, El león del acordeón, tocó con Florentino Barrios Jiménez fue el día 26 de noviembre pasado, el día del cumpleaños de Leonardo, en casa de éste.

Platicó que se conocieron hace 27 o 28 años, en una presentación en Temixco. El León tocaba en ese tiempo con el grupo Tornado, acompañando a José Manuel Figueroa, el hijo de Joan Sebastian, y don Tino estaba en la consola, moviendo botones. Leo se acercó y le preguntó que qué tanto le movía y Tino le dio una explicación muy breve, luego llegó su hijo y le dijo a Leonardo qué él era el mero mero, el ingeniero de sonido. Leo y él se despidieron y se volvieron a ver mucho tiempo después.

Para ese tiempo Tino Barrios era fundador e integrante de la banda Sertao, una agrupación musical de más de 50 años de existencia, conocida en todo México y en Estados Unidos. Incluso había estado ya en el programa que todos los músicos debían estar, si era bueno, Siempre en domingo, producido y conducido por Raúl Velasco.

Leonardo también me contó que hace algunos años fueron a tocar al Estado de México, y pasaron a comer a Tequesquitengo. Iban todavía vestidos en los mismos tonos y llevaban sus instrumentos consigo. Almorzaron y el dueño del local les pidió que tocaran, iban cansado, pero aceptaron. Comenzaron a tocar en el restaurante y la gente les comenzó a pedir canciones y más canciones. Salieron noche de ahí, iban contentos, había comido bien y llevaban las bolsas del pantalón billetes que se había ganado ahí mismo. Tino iba feliz.

Desde esa vez, comenzaron a tocar en Tequesquitengo. Ellos fueron los primero que abrieron plaza ahí, con los años, otros grupos fueron aprobar suerte, pero ellos fueron los meros buenos.

Como fundador de la banda Sertao (y luego del Grupo Sertao), Tino Barrios era muy conocido en todo el centro y sur de México, principalmente, y una vez le dijo al León que quería tocar norteño, entonces a Leonardo le cayó de sorpresa que una persona con bastante trayectoria quisiera tocar con él, lo tomó más en broma que en serio.

Por ahí del año 2016 o 2017, uno de sus músicos del León del Acordeón enfermó y Leonardo le habló a Tino por teléfono. Le dijo que sí, y en lo que canta un gallo, Tino se presentó a tocar con el grupo de Leonardo Martínez el León del Acordeón, y de ahí en adelante fue el bajista de la agrupación; aunque desde luego que seguía en Sertao.

Tino jalaba para donde el león le decía, incluso, participó en varios videoclips y películas como extra y como músico, cuando al León se dio por actuar, producir y dirigir videohomes; la última película en la que participó fue Muerte en la boda.

Además de que se invitaban a las fiestas y reuniones, porque era amigos que se ayudaban reciprocaste.

En esos espacios que tenían cuando estaban levantando instrumentos, o cuando ya siendo muy amigos, se invitaban a la casa a tomar o un regreso y a comer, Tino le contó a Leonardo que era contador, que había nacido en Guerrero, en 1948, y había trabajado en un banco, luego se jubiló. Tenía dos hijos, Víctor Manuel, vocalista y Tino es el ingeniero de audio, y Claudia.

Cuando trabajaba en el banco comenzó a aprender a tocar el bajo y al tiempo, pudo dominar el instrumento. Tino hacía segunda y tocaba bajo, pero cuando formalizaron la relación, ya como

Tino era muy profesional, cumplido, derecho. Cumplía su palabra, y era lo que Leonardo necesitaba, porque en las tocadas necesita un mismo sonido, un estilo, y estar cambiando de músicos era un problema, entonces con Tino había seguridad.

Cuando Leonardo componía le mostraba a Tino lo que había hecho y él le daba su opinión, sabían que era objetiva, porque conocía de música, además de que no tenía envidia, a tino le gustaba tocar, era su pasión, su vida, disfrutaba tocando y haciendo segunda en el grupo de Leonardo.

Muchas veces en las tocadas, la gente conocía más a Tino que al León y a su banda, pero él era muy sencillo, agradecía y seguía tocando y respondía cuando lo saludaban.

Leonardo dice que, hasta donde él vio y sabe, Florentino Barrios Jiménez, Tino Barrios, hizo lo que quiso por más de 50 años con Sertao, del que fue fundador, trabajó en lo que quería, tocó lo que quería y con quien quería. Vivió haciendo lo que más le apasionaba, tocar para la gente.

Tino

Tino

Leonardo se encontraba grabando la película “Vino Maldito”, cuando un amigo, Abel, le dio la terrible noticia que Tino había fallecido. Se quedó frío y no supo que decir, siguió trabajando y ya al día siguiente por la tarde la cayó el veinte y ahí sintió lo que era verdaderamente perder a un amigo.

El León dijo que la canción que más le gustaba era “Ojitos de capulín”, de Catarino Lara Benavidez, siempre la cantaba, y de las que yo he compuesto “No me culpen”.

Hace unos 10 días lo fue a visitar, necesitaba un bajo para un proyecto, se le veía cansado. Estuvieron platicando de música y de la película que estaba próxima a grabarse y a la cual Leonardo invitó a Tino, pero por cuestiones de salud no pudo. Lo volvió invitar a tocar porque sabía que era su mero mole, pero el bajista le repitió que andaba mal y no podía estar mucho tiempo parado. Así le había respondído tres meses antes, que Leonardo lo invitó a y le respondió que no podía tocar porque no podía estar parado, le pesaba el instrumento, pero Leonardo insistió que no había problema, que aunque sea sentado tocara.

Tino ya debe estar en paz, con Elia, que siempre lo acompañó en todas las etapas de la agrupación Sertao, y estuvo al pendiente de que todo funcionara: producción, logística y atención a los músicos y staff, siempre con esa sencillez, carisma y esa sonrisa que contagiaba. Ella era parte de la esencia del grupo, que era como una gran familia.

Por la red social de Facebook hubo una gran cantidad de mensaje de condolencias para la familia e tino, algunos subieron fotos y video de él y su grupo, algunas imágenes muy antiguas de los comienzos de Sertao y de sus conciertos.

Tino dejó unas palabras para sus seres querido en donde pedía que no sufrieran por su muerte y que valoraran la vida y a sus esposos y esposas, sus hijos.

A su primera esposa que falleció algunos años le dijo: “Acuérdate que no fue un adiós lo que nos dijimos, fue simplemente un hasta luego. Ahora sí, llegó el momento de nuestro reencuentro, tuvieron que para algunos años para volvernos a juntar. Te aseguro que este reencuentro entre nosotros, será para ya no separarnos jamás”.

Esto lo leyó uno de sus hijos, al pie del hoyo en la tierra, el sábado 24 de agosto de 2024, momentos antes que dejaran sus últimos restos mortales en el panteón de la colonia Pedro Amaro.

Foto de primer disco de sertao. Resde sociales

Foto de primer disco de sertao. Resde sociales

Este es sólo un compás de quien fue Florentino Barrios Jiménez o Tino Barrios, El Chinito Champú, Don Guarare. Esperamos leer crónicas, ensayos o algún artículo de algunas de las muchísimas selectas plumas de estos lares jojutlenses, donde abundan lectores y eruditos megalómanos, para que la vida y obra de  este hijo predilecto de Apolo, practicante del orfismo, no se pierda en los infinitos laberintos del silencio.