Rescata artista urbano la imagen de Pactú en un mural
Texto y fotos: Fernanda Cerdio
Cuernavaca, Morelos; 17 de junio de 2024. Bryan Molina llegó caminando por la calle Lerdo de Tejada, venía de dar clases de grafitti a adolescentes. Me dijo que ésta era su quinta entrevista.
Frente a nosotros estaba el mural de Pactú, el mimo más famoso, y a la vez, infravalorado de Cuernavaca. “De alguna forma yo siento que no se le ha reconocido, o no se le ha reconocido hasta que muera, y eso es lamentable, porque le está ocurriendo lo mismo que le pasa a los artistas”
Brian Molina, o Wisart, es un artista visual urbano; lleva 10 años haciendo grafiti, muralismo e ilustración en gran formato.
-Hoy estoy haciendo un mural a homenaje, aún no está muerto, recalcó. Pero es Pactú, esta persona que muchos recordamos cuando paseábamos por aquí en el centro de Cuernavaca, que lo veíamos y de repente te mandaba un saludo. Casi no hablaba porque se dedicaba al mimo, pero sentía su presencia cuando pasabas al lado de él o cerquita, ¿no? De ahí nace el querer hacer este mural.
Bryan platicó que su necesidad de visibilizar a los artistas urbanos y callejeros no es nueva. “A los artistas callejeros muchas veces no se les reconoce la labor o el servicio que han hecho a lo largo de la historia.” Pensé en los lanzafuegos de los semáforos, los payasos de Av. Morelos, a los guitarristas en las taquerías y desde luego, en Pactú.
-¿Tienes algún recuerdo específico de Pactú?
-Sí, la calle que estoy haciendo, la Humboldt, está en la parte del fondo y es normalmente donde yo lo veía. También lo veía en el Zócalo, pero el zócalo es muy transitado y a mí me genera más el recuerdo de esa calle de la Humboldt, donde él se sentaba y simplemente lo veías ahí.
Wisart veía a Pactú de camino a la Universidad, en donde casi siempre se lo encontraba, y, a pesar de que piensa que quizá Pactú no lo recuerda, el artista platica que al pasar seguido y observar, comenzó a familiarizarse con el mimo.
Ambos coincidimos en que la memoria colectiva de Cuernavaca, y sobre todo del Centro llegamos a integrar a Pactu por las calles del Centro, junto con el señor de los mazapanes, o alguno que otro músico urbano.
Pero Pactú pasaba a veces desapercibido:
“Ya lo normalizaban, (decían) que iba a estar ahí y, pues, uno nunca se cuestiona sobre si va a vivir bastante tiempo o si en un después ya no lo vamos a ver o ese tipo de cosas, pues, yo creo que suele pasar mucho a los artistas callejeros
El Mural de Pactú se ubica junto al bar “Penny Lane” sobre la calle Lerdo de Tejada. Se observa en primer plano a Pactú con su maquillaje, un sombrero bombacho y una camisa roja y negra a rayas.
Francisco José Helguera Díaz, mejor conocido como Pactú, no era un mimo cualquiera. Irrumpía la cotidianidad en el centro de la ciudad. El dialogar con expresiones y sin palabras para un mundo ruidoso y distraído no era para cualquiera, pero a él eso no le importaba. A pesar de su edad, y un derrame cerebral por hipertensión, el artista se maquillaba todos los días con el mismo estilo tradicional de los mimos, que, aunque tienen origen en la Grecia antigua, no fue hasta la necesidad de entretener a la gente en medio de restricciones tecnológicas en medio del boom del cine Mudo.
Los ojos de Wisart
-¿Y sobre el mural cuánto tiempo llevas haciéndolo y cuánto normalmente te tardas haciéndolo?
-Pues, este trabajo que estoy haciendo normalmente sería de una semana, nada más que yo estoy agilizando un poquito más mis horarios de alguna forma laborales, Yo creo que lo acabo hoy, hoy es el tercer día.
El mural de Wisart fue autogestivo, es decir, de su bolsillo.
-¿Y, qué es lo que más te ilusiona de hacerlo?
-Una es que lo vea Pactu, por supuesto. Y otra es hacer simplemente un archivo de memoria con respecto a artistas callejeros y también homenajear a artistas. Anteriormente ya le había hecho un homenaje, igual pinté a Jorge Cázares Campos, que era el paisajista de aquí, de Morelos. Jorge Cázares Campos fue muy reconocido a nivel incluso internacional por sus paisajes y porque esas pinturas de paisaje salían en las cajitas de cerillos de la central.
Entonces, después de que fallece, pues yo le había hecho un homenaje, pero ahora lo que me gustaría es que sí lo viera antes de que este artista fallezca y que esta memoria que se hace colectivamente no olvide a los artistas callejeros y le den el valor que se merece.
Wisart ha llevado sus obras a lo largo de la República Mexicana: Ha estado en Veracruz, Guerrero, Puebla, Guanajuato, Aguascalientes, Quintana Roo, Morelos y la Ciudad de México, pero también le gusta “estar encerrado en su cuarto pintando obra de caballete.”
También es maestro del taller “Arte Urbano” en la preparatoria CETIS 44 donde trabaja mural, pintura en gran formato, dibujo expandido, pintura y dibujo.
-Ojalá dure bastante el mural y yo en lo que pueda me gustaría cada año retocarlo.
Pero sobre todo espero que sí se le dé ese valor a los artistas callejeros, no solamente a los pintores o escénicos, sino también a estas personas que vemos que se ganan el día a día en los semáforos, haciendo malabares, estos músicos que vemos en las calles. Incluso que algunos son estudiantes y que lo hacen justamente para continuar con sus estudios.
Brian dijo que sabe que como un artista visual urbano no es muy reconocido, y que este oficio es peligroso.
-De alguna forma el estar en la calle no es fácil, porque de cierta forma te expones a lo que te puede pasar en la calle, sea de día, sea de noche. Lamentablemente pues Cuernavaca no es tan seguro.
Bryan ha vivido de primera mano la violencia y la inseguridad en Cuernavaca, pero dice que hay maneras para salir adelante.
-Yo creo que a través de la pintura digo más que mil palabras de lo que pueda expresar, con imágenes, pero esta es mi forma de decir que seguimos vivos y resistimos, entonces, de esta forma, ¿No?
Pactú, por cierto, ya vio el mural. En Facebook, su hermano escribió que se encuentra bien de salud y que les manda saludos a todos. También compartió que se encuentra en el asilo “Madre Teresa”, de la Ciudad de México y que acepta donaciones.
Y a pesar de que a nosotros nos hace falta Pactú, ahora tenemos un mural que nos lo recordará y hará a las calles de Cuernavaca honrar a nuestro querido mimo.