La música de la escritura, entrevista con José Agustín

Imagen alusiva

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Por Ricardo Venegas

Ofrecemos a nuestro auditorio la entrevista al célebre escritor José Agustín realizada por Ricardo Venegas en 2015 en la Ciudad de Cuautla; esta charla se encuentra incluida en el volumen Creación bajo el volcán, entrevistas a escritores y artistas plásticos de Morelos (Ediciones Eternos Malabares, 2015). Un mínimo homenaje al autor de La Tumba y El rock de la cárcel.

Con la jovialidad que le caracteriza, José Agustín nos recibe a Ricardo María Garibay y al que esto escribe en su casa de Cuautla, en el Fraccionamiento Las Brisas. Con un jardín que consta de tulipanes blancos –raramente vistos-, observamos que aquí el aire es más fresco que en el árido camino que recorrimos para llegar. En su mesa nos ofrece algo de beber, el calor ha menguado los ánimos y estar en su casa es como habitar un oasis donde la primavera es generosa. Fuma el autor de Ciudades desiertas y en el humo comienza a dibujarse un diálogo imaginario. No todos los días se puede conversar con una leyenda de la literatura mexicana.

RV: Me gustaría abrir nuestra charla preguntando qué tan importante ha sido la música en tu escritura.

Ah pues decisiva, absolutamente,  tuve la suerte inmensa de tener un papá que era piloto aviador y entonces cada día que se iba a Los Ángeles, había conocido a un dependiente de una tienda de discos y le decía “llévese esos, le va a gustar a su hijo, está de moda” y entonces me lo llevaba mi papá y yo le decía “oye papá, fíjate bien lo que compras, chinga, esto es espantoso”.

Le traían todo, le traían todo lo que pedía (comenta su esposa Margarita).

RV: Entonces había una miscelánea de música en casa…

Si, claro (ríe). No, sí, lo que pasa es que en esa época, pues de repente mi papá me acostumbró, me malacostumbró a estarme trayendo discos y cosas, y yo tuve que esperar a tener un poco de dinero, y entonces ya le encargaba lo que me hacía falta, pero en eso sí, fue cuatísimo, porque siempre me trajo lo que yo le pedía, en fin.

RV:¿Has podido escribir escuchando música?

Desde luego, desde chiquitito escribo oyendo música, si, y luego me di cuenta de que cierta música me podía inducir de una manera u otra a escribir, entonces empecé a hacerlo con más malicia.

RV: Nos puedes comentar ¿cuáles son esos autores que a José Agustín le han proporcionado ese gozo de la lectura, donde se abre una especie de, como decía Carlos Monsiváis,  combate entre el autor y el que adquirió el libro…

No pues, ay mano, son muchísimos, Apuleyo, por ejemplo, con El Asno de oro, por ejemplo, un librazo, o, de esos romanones, está también pues Virgilio ¿no? y luego, híjole, se puede volver interminable…

RV: Hay una fuerte instrospección en algunas obras tuyas, como cuando entre hermanos en De perfil uno se enoja porque el otro lo está observando, pienso en si habrás tenido lecturas de Jung, de Freud, ¿alguna vez te acercaste a éstas?

Pues sí, claro, sino estar hablando de ellas es un poco ocioso, en especial recuerdo un libro que me dejó muy marcado, fue a principios de los años 50, la autobiografía de Carl  Jung, y entonces ahí había una bola de lecturas y yo decía, ay, en la madre, yo no conozco nada de esto, en serio, entonces a buscarle. Y sí, la mayor parte de los libros los encontré tarde o temprano, formé mi minibibliotequita junguiana.

RV: Hay también la ausencia de ese dialogo con el otro y así parecen sugerirlo las nuevas tecnologías, todo mundo anda con su tableta, ¿tú como observas esto en nuestra convivencia diaria?

Bueno nunca hubo una comunión muy estrecha, pero pues tal vez era un poco más y pues yo digo: que nos lea el pobre que nos tenga que leer.

RV: William Blake, dice que el camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría, ¿sigue vigente?

No pues sí, es una cuestión personal (ríe), si lo quieres tener vigente, puta, toda la vida

RV:¿Pensando en aquellos nombres que han tenido una resonancia en tu escritura, de quiénes te acuerdas?

Alguien que fue muy importante para mí fue Vladimir Nabokov, yo tenía la edad de Lolita, como 12 años cuando me reventé Lolita, y me dejó bastante estúpido, me encantó.

RV: Sabemos que Nobokov es un autor muy disciplinado, de hecho pensaba dedicarse sistemáticamente de un libro a otro, escribirlo,¿cómo te propones escribir un libro?

Pues los mejores libros nunca me los he propuesto escribir, me acuerdo cuando una vez mi papá compró una máquina de escribir, una Olivetti 44, uta, dije, esta yo la pepeno, y sí, la empecé a utilizar yo.

RV: Y de ahí se desdobló algo…

Sí.

RV:¿Cómo aprecias la longevidad de La tumba, una de tus obras más conocidas?

No pues es uno de los libros que más satisfacciones me ha dado,  nunca me hubiera imaginado que tuviera ese éxito y es que de repente, ya cuando como a los 10 años de que había salido no sé quién de la SEP lo puso como libro de texto en secundarias o prepas, sepa la chingada, y aumentaron las ventas salvajemente, porque además los chavos estaban obligados a leerlo, y sí les gustaba, aquí me venían a ver un chorro de chavos y yo les decía, “¿qué leíste de lo que yo escribí?” La tumba, “¿y qué, te gustó o no te gustó?” Y casi a todos les gustó

RV: Paso a nuestra tragicomedia mexicana

¡Ay nanita!

RV: Seguimos sumergidos en la misma tragicomedia…

Pues yo creo que sí, por desgracia, ¿no? Carajo, este es el país que no aprende.

RV: Pensando en esta parte de nuestra cotidianeidad, creo que se nota mucho que hay una ausencia de crítica hacia los gobernantes, yo pienso que ahí está uno de los principales aportes de tu tragicomedia. Debería ser materia escolar.

Ah, sí, claro, un enfoque crítico.

RV: Porque además lo seguiste en tomos, es una secuencia importante.

Hay hasta una tercera y me tratan de seducir para que escriba una cuarta.

RV: Y  ¿no te animarías?

Pues cómo no, además con el paso del tiempo yo he venido juntando el material y en cualquier chico rato me pongo a escribirla, lo que pasa es que es un texto trabajoso.

RV: Lo menciono porque tú has sido uno de esos escritores que ha tenido tanto la sagacidad como la valentía de escribir realmente una crónica de sucesos en los cuales realizas una crítica y también una radiografía de lo que está pasando en nuestro país ¿qué opinión te merece nuestra tragicomedia?

Hijo, que está de la chingada, es una mierda, es un horror, este país no aprende al parecer, ya tuvimos un 68, un movimiento estudiantil importante y pues regresa el PRI, no es creíble.