Niños migrantes en Morelos
Por Máximo Cerdio
Jojutla, Morelos; 28 de diciembre de 2023. Luis Carlos Soto Urrutia es profesor en la escuela primaria “Tonal Petlani», ubicada en Tehuixtla, Morelos, que atiende a niños migrantes, hijos de jornaleros agrícolas que viene a la entidad durante la zafra.
Además de contar con una preparación académica, es artesano cartonero y músico; además ha trabajado por más de 10 años con niños vulnerables, lo que lo capacita para atender a estos pequeños y a entregar algo más que una adaptación a los planes y programas de estudio de la Secretaría de Educación Pública.
“Yo los veo como mis niños, mi trabajo con ellos es esencial en mi vida, tengo conciencia que con ello estoy contribuyendo en formar seres humanos, me interesa que sepa que existen, que tienen derechos, que los respeten en todos sus ámbitos y en todos sus derechos”, ha dicho en entrevista.
El Programa de Inclusión y Equidad Educativa
Luis Carlos Soto Urrutia es profesor en la escuela primaria “Tonal Petlani», ubicada en Tehuixtla, Morelos, da clases a niños y niñas migrantes que vienen de la localidad de Tula del Río, situada en el Municipio de Mártir de Cuilapan, en el Estado de Guerrero.
De acuerdo con información oficial, en esa comunidad hay 690 habitantes.
Él trabaja con 9 niños y 9 niñas, de entre 6 a 11 años, bilingües, su lengua materna es el náhuatl y tienen como segundo idioma el español, algunos no hablan muy bien español.
La escuela es multigrado, la enseñanza y programa es el oficial de la Secretaría de Educación Pública federal (SEP), solo que se debe adecuar, de tal manera que los profesores puedan atender los grados correspondientes, y se encuentra dentro del Programa de Inclusión y Equidad Educativa del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM).
En Morelos hay varias centros escolares que tiene este programa para la inclusión y la equidad: la de Tehuixtla, en donde enseña Luis Carlos, una en Tlatenchi, otra en Puente de Ixtla, otra en Tequesquitengo, y atienden a cerca de 60 niños y niñas migrantes.
También hay una dentro de un campamento en Tlaltizapán, otro en Atlacholoaya, otro en Totolapan, otro en Tepalcingo, otro en Olintepec, hay dos en Tenextepango y cuatro en Cuautla, en donde también se brinda atención a niños migrantes.
Los niños reciben clases en horarios de 8:00 a 13:00 horas, de lunes a viernes, pero sólo en la época de cultivo de la caña: de noviembre a mayo, una vez que termina la zafra los pequeños regresan a su escuela en Tula del Río y continúan su educación.
Los menores son hijos de jornaleros que trabajan en los campos de cultivo de caña y que viene de varia entidades como Guerrero y Michoacán, y por ser la educación primaria una obligación, los hijos de los trabajadores reciben clases.
Carlos, como se le conoce a este profesor, labora en esa escuela desde hace cuatro ciclos escolares con niñas y niños migrantes.
Además de un perfil
En entrevista, relató que para trabajar con estos menores se necesita ciertas características y capacitación dentro del Programa de Inclusión y Equidad Educativa.
Las autoridades del IEBEM o de la SEP verifican que tengas un perfil para entrar en el programa de atención a la niñez migrante, además hay adiestramiento continuo con el objetivo de que los niños reciban una educación de calidad.
Carlos es licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y actualmente estudia Licenciatura en Primaria, en la Universidad Pedagógica Nacional.
Explicó que tiene más de 10 años trabajando con niños en situación vulnerable, colaboró en la Casa Hogar para Niños Vegetarianos, en Xoxocotla, ahí daba clases de arte y cartonería.
Si además de tener los cocimientos profesionales o pedagógicos para trabajar con los infantes se les tiene amor, el trabajo es más satisfactorio, tanto en el ámbito educativo como en el personal, y los niños reciben algo más que clases de calidad, este es el caso de Carlos, un maestro que, además de docente, es artesano cartonero y músico.
Dijo que, en general, los niños son seres especiales, y en su trabajo con los pequeños migrantes tienen particularidades que él ha ido descubriendo conforme establece contacto con ellos.
Se tiene que entender que en primer lugar son niños, y que además hay una condición o circunstancia, que son migrantes; esto supone que entendamos además de su condición natural y de su edad, lo que esto implica, que están en constante movimiento, que viven temporadas largas en un lugar que no es su entorno natural en donde conviven y se integran e interactúan con personas que no son como ellos, como los de su comunidad.
La mayoría de estos infantes son de familias pobres, que tienen que salir de su comunidad a trabajar de jornaleros a donde los llamen, en diferentes partes de la república mexicana, a realizar trabajos agotadores en el campo, bajo condiciones naturales difíciles.
El profesor explicó que aunque la mayoría son bilingües, su lengua materna es el náhuatl, hay algunos que no conocen muy bien el español están en proceso de aprendizaje.
Su labor como docente consiste en adaptar los contenidos a partir de la edad, el grado escolar, las condiciones y circunstancias de los alumnos.
El primer ciclo escolar con ellos me costó un poco integrarme y adaptarme. Me miraban con recelo, pero poco a poco nos fuimos conociendo y tomando confianza, eso es lo que cuesta más.
Muy receptivos
Los niños y niñas que atiende son receptivos, tienen muchas ganas de aprender, están muy conectados con su entorno:
“Yo trato de trabajar con proyectos enfocados en eso, en su entorno, en su contexto, además busco la parte del arte, pues considero que tiene una función primordial para el aprendizaje y, sobre todo, para la expresión de las emociones”.
Platicó que ha detectado que los menores tienen gran facilidad para las matemáticas y para las artes. En las actividades académicas que efectúan les gusta mucho pintar, colorear, dibujar, están en contacto directo con la naturaleza y retratan a su familia, a su comunidad, paisajes, ríos, si los hay, animales, etcétera. También les gusta hablar de sus pueblos, de los cuentos y leyendas que les cuentan sus papás o las personas mayores de sus comunidades.
Después dela primaria
Carlos afirmó que no convive con los padres de los niños, pero por la experiencia que tiene trabajando con población vulnerable, los progenitores a veces no saben leer ni escribir, entonces que sus hijos vayan a la escuela no supone que continúen la secundaria, después la preparatoria y que lleguen a la universidad, si aprenden a leer y a escribir y a contar podría ser suficiente.
Los padres están al pendiente de ellos, les importa que vayan a la escuela, es más, las mamás los encargan: “si no se porta bien péguele, maestro”, han llegado a decir, pero desde luego los maestros no aplican castigos.
Los niños que atiende tienen, por supuestos, aspiraciones. Algunos le han dicho a Carlos que de grandes quieren ser policías.
En algunas comunidades y poblaciones de donde emigran, una vez que el chico tiene la fuerza suficiente para trabajar entra de jornalero, con una paga menor, pero se vuelve mano de obra y una fuente de ingresos para su familia, esto no es nuevo, se ha sabido desde siempre.
Otros, a los 15 o 16 años, casan y tiene que trabajar para mantener a sus esposas.
La educación como un derecho
Los niños y niñas que yo atiendo no trabajan de jornaleros, estudian, y trabajo con ellos no sólo para que aprendan a leer y a escribir y a contar, sino para que continúen aprendiendo, es un derecho que tienen todos los niños y ellos no son la excepción, relató.
Carlos aseveró que se puede aprender mucho de los niños migrantes: la humildad, la fragilidad, la inocencia, la capacidad de sorprenderse. Son muy observadores y se asombran con facilidad de cosas o hechos que uno de manera ordinaria.
Ellos viven en su comunidad que por lo general es muy pequeña y en campamentos que también son pequeños, no tienen acceso a la ciudad, apenas tienen contacto con la tecnología por medio de los celulares. Cuando les platico de la ciudad quieren conocer, me dicen que yo los lleve, que los saque de ahí y los lleve a conocer. Algunas veces hemos podido salir de excursión de los campamentos y los niños y niñas se sorprenden de todo, todo es nuevo parta ellos, y preguntan.
“Yo los veo como mis niños, mi trabajo con ellos es esencial en mi vida, tengo conciencia que con ello estoy contribuyendo en formar seres humanos, me interesa que sepa que existen, que tienen derechos, que los respeten en todos sus ámbitos y en todos sus derechos”, contó.
Algunas poblaciones de niños, como los niños migrantes, son invisibles a la sociedad y es importante visibilizarlos, que los chicos tengan acceso a la educación, a la cultura, al arte, como cualquiera.
Mi primer ciclo escolar me tocó el campamento de Tlaltizapán, siempre había estado descuidado y veo que poco a poco han ido mejorando en todos los sentidos, ya tienen barda, tienen una escuela, las maestras han trabajado mucho y bien y me da mucho gusto que ahora en el pueblo ya inviten a estos niños a algunas ceremonias, antes no existían.
Me da tristeza cuando acaba el ciclo, algunos regresan, otros se van a trabajar con su familia o se casan, en sus comunidades es muy frecuente que contraigan matrimonio o se “junten” desde muy pequeños, relató el maestro.
“Tuve un alumno muy rebelde. Me decías groserías en náhuatl, yo no las entendía, pero los demás chicos me traducían. Conforme pasaron los días nos fuimos conociendo y entramos en confianza, me acuerdo mucho de él porque era muy inteligente y amable. Iba en quinto hace dos ciclos”, dijo Carlos.
Necesitan más material audiovisual
En general, en las escuelas que atienden a estos niños se requiere más material audiovisual, es importante para el profesor y para los alumnos, y sería fabuloso que el Estado o alguna fundación donara material audiovisual, la brecha tecnológica se reduciría mucho y los niños y niñas tendrían acceso a otro tipo de conocimiento, como ocurre con los alumnos de las escuelas tradicionales, tienen derecho también a eso, concluyó Luis Carlos Soto Urrutia.
Información insuficiente y no actualizada
En la actualidad, la información sobe la cantidad de los migrantes en Morelos, sus edades, su ciclo escolar y la comunidad, municipio y estado de dónde vienen no está en alguna plataforma pública. En noviembre de 21017 había 581 estudiantes, así lo dio a conocer Joaquín Mario Landa Ávila, ex director de Educación Elemental, en un en un coloquio organizado por el IEBEM, en donde se reunieron autoridades educativas de Guerrero, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Zacatecas y Querétaro en el hotel Villa Béjar de Cuernavaca, con el objetivo combatir la deserción escolar a través del análisis y fortalecimiento de las estrategias de seguimiento de la movilidad de las familias de trabajadores del campo, su ruta migratoria y las directrices de continuidad académica, para proveerles de oportunidades escolares igualitarias que les permitan permanecer en el sistema educativo nacional.
De acuerdo con información de la página oficial del IEBEM, la fuente del Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa (PIEE) está en el artículo 3 de la constitución mexicana, que garantiza que todo individuo pueda tener el derecho a la educación de calidad y para ello el Estado deberá asegurar “el acceso universal de todos los niños y jóvenes a escuelas bien equipadas en términos de sus condiciones materiales y recursos humanos, asimismo, debe garantizar que los alumnos permanezcan en las aulas, transiten oportunamente entre grados y niveles educativos, y adquieran una formación integral y aprendizajes significativos”.
Una de las iniciativas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) establecidas para dar atención al problema de desigualdad y exclusión educativa, lo constituye el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa (PIEE), que se orienta al fortalecimiento de la educación básica, media superior y superior y que tienen como antecedente la fusión de siete estrategias de intervención, entre ellas, el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (PRONIM) desde 1981 y el programa U022 educación para personas con discapacidad.
El objetivo general del PRONIM es contribuir a asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos los grupos de la población para la construcción de una sociedad más justa mediante normas y apoyos para los servicios educativos públicos, así como el mejoramiento de infraestructura y equipamiento de instituciones públicas de educación básica que atienden población en contexto de vulnerabilidad y/o discapacidad.
El Programa integra cuatro componentes que se traducen en cuatro tipos de apoyo, uno es el fortalecimiento de la atención educativa a la niñez indígena, migrante y de las escuelas unitarias y multigrado.
En este rubro, el programa se orienta a brindar atención educativa a la niñez indígena, mediante estrategias de equidad que contribuyan a reducir las brechas de acceso a la educación a través de una amplia perspectiva de inclusión prioritariamente en los servicios educativos ubicados en los municipios del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (PNPSVD).
La SEP/SEB (Subsecretaría de Educación Básica) apoyará en corresponsabilidad con las Autoridades Educativas Locales (AEL) el desarrollo de propuestas que fortalecen las lenguas indígenas y contextualizan el currículum nacional en el marco de la diversidad cultural y lingüística, y brindan asesoría académica para la diversidad. De igual manera, se proporcionarán apoyos para el seguimiento y la evaluación y, de acuerdo con la disponibilidad presupuestal existente, para el pago de asesores/as externos/as.
Asimismo, se avoca a fortalecer la atención educativa a la niñez migrante, mediante estrategias de equidad que contribuyan a reducir las brechas de acceso a la educación, a través de una amplia perspectiva de inclusión.
La SEP/SEB apoyará en corresponsabilidad con las AEL el desarrollo de propuestas que fortalecen la lengua materna y contextualizan el currículum nacional en el marco de la diversidad cultural y lingüística, y fortalecen la asesoría académica, el equipamiento específico, el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la operación del Sistema Nacional de Control Escolar para Migrantes (SINACEM) y, de acuerdo con su disponibilidad presupuestal existente, para el pago de asesores/as externos/as
Asimismo, fortalecerá los servicios educativos multigrado, mediante estrategias de equidad que contribuyan a reducir las brechas de acceso a la educación, a través de una amplia perspectiva de inclusión.
La SEP/SEB apoyará en corresponsabilidad con las AEL el desarrollo de propuestas que contextualizan el currículum nacional y fortalecen la asesoría académica para la diversidad. De igual manera, se proporcionarán apoyos para el seguimiento y la evaluación.