Florece en Tlaquiltenango la cultura con “Miquixtli tlahuica”, evento organizado por el pueblo para el pueblo

 

Yesenia Daniel

 

Tlaquiltenango, Morelos; 27 de octubre de 2021. Por tercer año consecutivo se realizaron los recorridos en tranvía contando leyendas de Día de Muertos de las que nuestros abuelos nos contaban cuando éramos niños para meternos a la cama, y por séptimo año se llevará a cabo la exposición pictórica del Arte Colectivo Emmanuel, también por motivo de Días de Muertos; ambos eventos organizados por el interés ciudadano de generar convivencia social, rescatar la tradición oral del relato de cuentos y leyendas locales, así como revalorar la historia y lugares simbólicos del municipio de Tlaquiltenango, el más grande de Morelos.

 

Julián Albarrán Herrera, es el impulsor de estas acciones desde su compromiso con estas fechas de suma importancia en su vida personal, lamentablemente la pérdida de uno de sus hijos hace 20 años lo llevó a una profunda tristeza de la que pudo salir gracias a una de sus pasiones que es pintar, entonces el compromiso con la muerte y el creer verdaderamente que las festividades de Días de Muertos son el puente para que vivos y muertos puedan volver a encontrarse, fue su aliciente para abrazar esa posibilidad de poder estar con su pequeño hijo aunque sea un momento y manifestar su respeto por este punto de la vida y las creencias ancestrales y religiosas de que la muerte es una parte de la vida y no necesariamente el término de todo, sino la transformación de algo.

 

La iniciativa de Julián Herrera ha sumado año con año a más participantes que han nutrido el Festival Miquixtli tlahuica, este año será uno de los más ricos con diversidad en música, pintura, danza, recorridos, venta de artesanías y exposición de ofrendas, todo con un enfoque y participación local.

 

Este año la cartelera incluye exposición pictórica del colectivo Emmanuel, danza azteca con el saludo de rumbos con la participación de la maestra Maritza Álvarez; danza contemporánea del grupo Dos Raíces Danza Fusión, que recientemente estrenaron en este mismo municipio su proyecto ‘Morelos, retrato en movimiento’, acompañado de la música del grupo Huitzillin que también se presentará este sábado en el Festival; danza regional del grupo “Temini Tlamachqui” del maestro Fausto Barrera de la Escuela de Estudios Superiores de Jojutla (EESJ); también la música del maestro Edgar García Hernández; a las 6 de la tarde saldrá de la avenida principal a la altura de la secundaria Otilio Montaño un grupo de personas caracterizados como catrines y catrinas, aquí la invitación es abierta al público que se quiera sumar cumpliendo con los requisitos de llevar una veladora o flores de cempasúchil, pintados o no de catrines o catrinas y cumpliendo con los protocolos de sana distancia y uso de cubrebocas; a este recorrido lo acompañará un grupo de tecuanes de Tlatenchi de la señora Fermina Juárez.

 

Habrá también exposición y venta de artesanías, y se montarán tres ofrendas en el zócalo: un Tlalmanalli u ofrenda mexica a cargo del Arte Colectivo Emmanuel, una ofrenda para honrar a las mascotas dedicada al dios Xólotl, cuya creencia es que este perrito azteca ayudaba a las ánimas a cruzar el río en el Mictlán, esta ofrenda será montada por el grupo ‘Todos Somos Tlaquiltenango’; así como la ofrenda “de la Transformación” a cargo del alcalde electo Carlos Franco y su gente que se suman a las festividades respetando la esencia de organización ciudadana.

 

Las actividades inician a las 12 del día con el montaje de ofrendas pero será hasta las 5 de la tarde con el Saludo de rumbos que arrancará la parte más fuerte, a las 6 de la tarde se presenta el grupo Dos Raíces con banda Huitzillin, después la presentación del grupo de danza regional de la EESJ, a las 6 de la tarde inicia el recorrido de calaveras y catrines que sale de la avenida Morelos de la secundaria Otilio Montaño con los tecuanes y el tranvía turístico; de las 7 en adelante la participación de Edgar García Hernández, Huitzillin y una rondalla, todo esto en el zócalo municipal.

 

LAS LEYENDAS

 

Durante tres fines de semana se realizaron con llenos totales los recorridos de Leyenda en el Tranvía turístico haciendo paradas en puntos clave en donde el guía narró lo que contaba la gente mayor a los más jóvenes como cuentos de terror, como el clérigo que se aparece en ex convento de Santo Domingo de Guzmán; los muertos que salen del panteón de la colonia Celerino Manzanarez, la mujer que atraía a los hombres con su canto en el puente de La Cantora, la aparición de la Llorona en el campo del Chilar, y la leyenda del Choco, un duende con colmillos; todas estas leyendas están ancladas a lugares de interés histórico del municipio como el ex convento de Santo Domingo de Guzmán, construido por frailes dominicos y franciscanos en el siglo XVI o el puente de piedra de La Cantora, también histórico. Los recorridos se llevaron a cabo con una cuota de recuperación simbólica, prácticamente para pagar la gasolina, los asistentes también podían hacer la donación de despensa equivalente a 50 pesos, misma que sería donada a población que lo necesitara.

 

 

“Mira mi dientito”

 

Un señor terminaba de hacer las labores del campo, el sol se había metido y la oscuridad llegaba a cada rincón, la luz era escasa porque los árboles y los cultivos de arroz y caña ya estaban altos; caminaba por un sendero para llegar a su bicicleta e irse a casa cuando escuchó muy cerca el sollozo de un niño, primero quedito, luego más fuerte y con un tono lastimero, avanzó hacia dónde venía el sonido, “niño, niño ¿estás bien?, niño, niño, ¿dónde estás? ¿qué te pasa, dónde está tu mamá o tu papá?”; el campesino seguía avanzando hacia dónde creía escuchar el llanto de un niño, hasta que lo vio, sí era un niño, de espaldas, de unos 3 a 5 años, con la ropa rota y sucia que lloraba desconsoladamente tapándose la cara y de cuyas mejillas rodaban tremendos lagrimones, – “¿qué te pasa, por qué estás aquí solito? ¿dónde está tu mamá o tu papá? ¿tienes hermanos? ¿te pegaron?”, pero las preguntas del campesino eran ignoradas por el niño que no se quitaba las pequeñas manos de la cara, conforme se acercaba el hombre fue viendo mejor al niño, su piel era más oscura que la morena y maltratada como la de un viejito, sus uñas largas y puntiagudas, el niño seguía llorando y el campesino seguía acercándose tratando de tocar su hombro para ayudarlo, pensó que por el aspecto descuidado seguro había pasado ya muchos días en el campo, tal vez los habían abandonado, tal vez tenía hambre, -“niño, niño, ¿dónde está tu mamá? ¿tienes hambre? ¿qué haces aquí solito, te llevo a tu casa?”, el llanto del niño fue aminorando hasta llegar a un moqueo, el hombre ya estaba tan cerca del niño que seguía acuclillado en la tierra que pudo ver claramente los surcos en su piel, el poco cabello en su cabeza y las largas uñas sucias. En su incredulidad bajó su mano para tocarle la cara y ver de quién se trataba, ¿quién era ese niño abandonado en el campo?, pero el pequeño ser le ganó y descubriendo su cara llena de arrugas y una gran boca llena de dientes puntiguados le dijo “¡¡¡Mira mi dientito!!!!” seguido de un intento por morder su cuello y una risa burlona y horrible. El hombre salió corriendo, olvidó su bicicleta y llegó blanco del susto a su casa, desde ese día dicen que el llanto de un niño se escucha en el campo pero la gente del rumbo ya sabe que tonto es aquel que se acerca a averiguar.