Los Cristos Frágiles
Enrique Álvarez Alcántara
Cuernavaca, Morelos; 27 de septiembre de 2021. Muy recientemente adquirí y husmeé, miré y palpé, disfruté y gocé el pequeño libro fotográfico Los Cristos Frágiles de nuestro querido amigo Máximo Cerdio. Es este libro, en principio, un esfuerzo editorial independiente del Grupo Mochicuani, Periodismo Digital y de Pupila Editorial.
El libro comienza con una sobria presentación que el propio Máximo Cerdio (para los amigos simplemente Max) incluye para enmarcar la naturaleza y orígenes de las imágenes que Él, y nadie más que él, ha logrado captar y aprehender con su herramienta de trabajo (una cámara fotográfica, que no un teléfono celular) que le ayuda, a través de sus ojos y su mirada e inquietudes, guardar para el presente y para nosotros —los que no somos los otros que dejaron tales vestigios de historia, tradiciones y creencias—, esos instantes fugaces y fantasmales como momentos que la memoria suele desechar, como lo hicieron quienes dejaron esos Cristos, en las veredas y caminos de la vida.
Por su parte, Enrique Torres Agatón (mi Tocayo y amigo) escribe una Presentación a nuestro amigo mutuo, chiapaneco de nacimiento, morelense por adopción, como muchos de nosotros, resaltando algunas de sus cualidades como cronista de lo real mediante las imágenes que capta y atrapa fotográficamente, con sencillez y pertinencia incuestionables.
Observar, captar el objetivo, darle vida momentánea con una cámara que le rescatará de la muerte o el olvido, de la indiferencia e invisibilidad, de la inexistencia real, es parte de su trabajo y de la belleza de este libro. Compartir con nosotros lo que ve, más allá de lo evidente, es su manera de gozar entre él y nosotros, la vida transparente y simple de lo que no es claro ni sencillo de interpretar.
¿Por qué permanecen, como parte de un paisaje, esos Cristos?
¿Por qué la incompletud, la fragmentación, aquéllo que parece a los ojos de quienes abandonaron esos objetos incompatibles con sus deseos, aspiraciones, valores, intereses y flaquezas ideológicas y morales, merecen la muerte, el olvido, el abandono, la invisibilización y, de ser ello posible, su eliminación?
Max, imagino ello, no piensa así. Les presta su mirada para ofrecerles la resurrección y la vida y mostrar con ello a nuestros ojos lo frágiles que también somos.
Algún día seremos desechados por nuestras debilidades o defectos.
El “arte” de eliminar, desechar, invisibilizar, esconder, marginar, excluir es un fardo que pesa y no podemos quitárnoslos de encima; como Atlas cargamos sobre nuestra primera vértebra cervical el mundo del desprecio. Muy pocos, Max entre ellos, cargan una cámara que resurrecta, que resucita de entre los muertos aquéllo que aprendimos a despreciar.
Tan sólo por ello, invito a que miren y gocen Los Cristos Frágiles…