Habitantes de San Antón celebran la fundación del pueblo a pesar del COVID-10
Por Máximo Cerdio
Cuernavaca, Morelos, México; 14 de junio de 2021. Los pobladores de San Antón celebraron la fundación de su pueblo y a su santo patrono el 13 de junio como lo advirtieron días antes, a pesar de que el semáforo epidemiológico en verde y una circular del ayuntamiento no permiten grandes concentraciones.
Desde las 6 de la mañana la Banda Reina de Morelos de Daniel Romero tocó las tradicionales mañanitas a San Antonio de Padua, patrón de este pueblo histórico fundado hace 496 años.
Por si algunos no se habían dado cuenta que se trataba de un festejo se tronaron cohetones que retumbaron en los cristales trasnochados de quienes tienen sólo el domingo para levantarse más allá de las 7 de la mañana.
Dentro de la iglesia el párroco y sus fieles rezaron el rosario, para conmemorar al santo patrono (falleció un 13 de junio de 13 de junio de 1231, en Padua, Italia).
Cada hora, la banda tocaba cinco canciones, seguidas por cohetones.
A las 9 de la mañana ya había cerca de 50 gentes en las jardineras y frente a la parroquia. Algunos habían permanecido ahí toda la noche, bebiendo y platicando. Ya se podía observar a niños con dos o tres botargas.
El año pasado estuvo peor. Había prohibición de celebraciones públicas, pero al pueblo esto le importó y le llevaron las mañanitas al “Jefe”. La banda de viento estuvo un poco más de media hora y luego se retiró con todo y asistentes.
No fue como en 2019 y años anteriores en que se cerraban la calle desde el 12 y se volvía a abrir el 16. Se llenaba de puestos y juego para los chamacos; había una programación de eventos para toda la familia y en la parte traían grupos y artistas para deleite del público que esperaba impaciente y se divertía aunque la calle se inundara de agua por las tormentas de tiempo de agua.
Este 13 de junio fue distinto:
A las 10 de la mañana un grupito de gente del barrio salió acompañando a la banda rumbo a la privada de las Flores.
No pasaban de 50, pero conforme avanzó se fueron uniendo unos chinelos, unas botargas, muchachos de la Lagunilla. También hubo familias enteras, mujeres con sus niñas y niños.
Todos iban bailando y de vez en vez los cohetones anunciando el paso de la fiesta ambulante.
En la Privada de las Flores el contingente se metió hasta un nicho donde la Virgen Guadalupe se resguardaba rodeada de flores:
-¿Por qué acá, Julio?
-¿Cómo qué por qué? ¡Porque es la jefa del patrón! ¡En un rato nos vamos a donde está la otra jefa.
Ahí el contingente permaneció bebiendo cerveza como 20 minutos y después, sonoro, salió por H. Preciado rumbo a la cuchilla de la Virgen del Rayo.
De menos de 50 pasaron a ser más de 200. La calle fue bloqueada ante la sorpresa de los automovilistas que orillaban sus autos y una patrulla de policías de proximidad ayudó a controlar el tráfico hasta que pasara el grupo cada vez grande y ruidoso.
Por fin en nicho de la Virgen de Rayo la banda de viento entonó las mañanitas mientras los chinelos, botargas y demás acompañantes permanecían sentados en las acera.
Allí estarían celebrando y descansando.
“Comenzamos a las seis con mañanitas al patrón, cada hora va a estar tocando la banda de viento hasta las 8 de la noche. Luego a las 10 hacemos recorrido por H. Preciado hasta la virgen que hay en la privada Las Flores; luego regresamos por la tarde a la parroquia, luego hay comida y por la noche, después de las 8 viene La RolL Band a tocar rock para nosotros”, habría explicado Julio flores, habitante de San Antón y organizador.
Julio añadió que está fiesta es muy importante para el pueblo porque quienes están allí crecieron con esta celebración, desde chicos, los llevaban a la feria, ya cuando fueron creciendo asumieron responsabilidades para organizarla y que no se pierdan las costumbres.
“Si ven los chavos que no hacemos nada ellos cuando crezcan van a hacer lo mismo, entonces es importante para nosotros y para ellos. Todos fuimos niños y nos gustaba, y ve cómo disfrutan los niños, y porque disfrutan, cuando sean grandes van a tomar la responsabilidad para que su hijos continúen”.
Casi 500 años
La Feria del Santo Patrono del Pueblo de San Antón es una de las más antiguas y grande de Cuernavaca, tiene 494 años que se realiza, una de las más antiguas de Morelos y tal vez la más grande, ya que se esperan alrededor de tres mil personas diarias, desde el 12 de junio hasta el 16.
Según los registros que tienen los habitantes, esta celebración llega a su edición 496 (CDXCVI aniversario de la fundación del Pueblo Histórico de San Antón).
En emisiones anteriores al año 2020, iniciaba el 12 de junio con el cierre de la calle H. Preciado, y terminaba hasta el 16, sin embargo, la contingencia por el coronavirus no permite aún aforos mayores, de acuerdo con las medidas por la contingencia por covid-19, sustentadas en el oficio 0202/2020, del 31 de marzo de este año por el que el secretario del Ayuntamiento, Erick Santiago Romero Benítez, ordenó cancelar todo tipo de eventos de concentración de personas.
Este año, el párroco presbítero Bernardo Reyes Zuloaga dijo que desde las 6:30 de la mañana se rezó el rosario, la primera misa fue a las 8 de la mañana, luego a las 10:00, a las 12:00 y a las 6 de la tarde.
Explicó que ha habido buena participación de la comunidad y que se están cumpliendo con las medidas sanitarias contra el COVID-19.
Luis Andrés Morales Aguilar, ex organizador de las festividades de San Antón dijo que este año fue particular porque al menos cuatro vecinos queridos y que participaban en la feria murieron por coronavirus, y otros más como Chucho el taquero, el abuelo Germán y el hermano de don Pancho fallecieron por otras razones.
“Hasta Gaspar el Monas nos dieron que murió y luego resultó que no era cierto y por ahí anda en las mismas”, dijo.
San Antón y sus tradiciones
En el barrio de San Antón, algo muy tradicional es que antes del 13 de junio se hace un novenario en favor del santo por las calles de la colonia con un San Antonio peregrino, una figura pequeña de la imagen. El día 13 de junio se le llevan sus mañanitas a su altar en la iglesia y se baja al santo grande para adornarlo con arcos de flores. Otra tradición es cambiarle su vestimenta cada año, algo que hacen varias familias del barrio.
San Antonio de Padua es uno de los santos más rezados. Los creyentes le piden muchas cosas, pero si lo hacen el 13 de junio aparecen esas cosas perdidas, pero la más conocida de las acciones que se le atribuyen es encontrar algún objeto que se haya perdido.
Tres son los atributos principales con los que la iconografía representa a San Antonio de Padua: un lirio blanco, un libro y el niño Jesús en sus brazos. El lirio blanco simboliza su pureza virginal. En sus tiernos años, ante el altar de la Virgen, se consagró a Dios y mantuvo durante toda su vida dicha pureza.
Cuando una persona pone de cabeza a San Antonio, el santo está obligado a concederle sus deseos; la iglesia rechaza estas prácticas, pero los creyentes aseguran que sólo así concede milagros.
San Antonio o Fernando
Su nombre de pila no era Antonio sino Fernando, y tampoco nació en Padua, Italia, sino en Lisboa, en Portugal. Una vez hecho hermano franciscano cambió su nombre a Antonio y luego de un viaje a Marruecos, cayó enfermo y pasó su recuperación en Italia, al servicio de la orden. Murió muy joven y fue canonizado tan solo un año después de su muerte por el papa Gregorio IX gracias a los milagros que hizo en vida.
A San Antonio de Padua se le conoce como el Santo del Amor y como el Santo de las Cosas Perdidas. Estas tradiciones están basadas en episodios de la vida de este conocido santo y también en antiguas tradiciones europeas.
El día de San Antonio es el 13 de junio. A San Antonio se le atribuye la reconciliación de muchos matrimonios. Por eso en el día de San Antonio se celebran muchos matrimonios en diferentes partes del mundo.
El santo es también famoso por recuperar las cosas perdidas. Los problemas de amor llevan con frecuencia a perder al ser deseado.
San Antonio tenía un libro de salmos que era muy preciado para él y éste contenía las notas y comentarios que usaba en la enseñanza a sus alumnos. Un día, un novato que había decidido abandonar sus estudios se llevó el libro. Cuando San Antonio se dio cuenta de que el libro había desaparecido, rezó por volverlo a encontrar o que le fuera devuelto. El ladrón regresó y devolvió el libro. También se reintegró a la orden religiosa. El libro robado se conserva en el convento franciscano de Bolonia. De ahí que muchas personas le recen a San Antonio cuando pierden objetos importantes, o cosas a las que tienen gran apego sentimental.