Gregory Berger, Joe T. Hodo y el arte de inventar personajes para reportar movimientos sociales
Me convencieron de seguir inventando personajes de gringos payasos como un instrumento para reportar sobre los movimientos sociales en América Latina
GREGORY BERGER
Por Máximo Cerdio
Cuernavaca, Morelos, México; 15 de febrero de 2021. En el diarismo imperante en la entidad, el periodismo de comedia de Gregory Berger es un proyectil dando en el centro del blanco, no es el disparo ni el desconcierto de la gente por la explosión.
Sobre las irrupciones
El 16 de marzo, por ahí de las 9:20 de la mañana en un restaurante del centro de Cuernavaca, con pocos comensales, seis integrantes del Movimiento Morelenses contra la Minería Tóxica por Metales (dos de ellos ya fallecidos) daban una conferencia de prensa para denunciar las consecuencias irreversibles de la extracción de metales en Morelos. Había cerca de diez reporteros.
Casi al finalizar este acto, un hombre delgado, blanco, de ojos de color; vestido con tejana, blazer azul celeste con rayas blancas, corbatín vaquero, pantalón azul y botas, irrumpió. Sostenía una hoja en blanco con el texto “Minas sí Ruina no” y alegaba en voz alta en un español típico de un gringo las ventajas de la minería en Morelos:
-Para que haya desarrollo se necesita un poco de daño ambiental. No podemos confiar en la voluntad del pueblo. El dólar sí va a traer progreso.
A su espalda, una comensal se paró de la mesa y le fue a gritar muy enojada:
-¡Vete a tu país!
Y el gringo la ignoró; siguió con sus argumentos:
-Yo soy amigo de la Álamos Gold, vengo en nombre de la minera. Y yo vengo muy enojando porque están comenzando a atentar contra los derechos del capital. Eso no podemos permitir.
La mayoría de periodista reaccionaron como la sorprendida mujer y toda la atención mediática se volcó hacía él.
En el video “Minas…¡Sí! Ruinas…¡No! (https://www.youtube.com/watch?v=W-UBX7sxePc)”, Joe, parado, documentos en la mano y con un casco amarillo, explica a una mujer, adulta, canosa, que está sentada y escucha con atención:
-Cuando ponemos la mina aquí, vamos a traer cáncer para todo el pueblo. Pero ustedes van a poder decidir qué tipo de cáncer le demos. En orden del uno al cinco ¿Cuál es su cáncer favorito?
-¡Ninguno, cabrón! ¡No quiero ningún tipo de cáncer! ¡Qué crees que soy pendeja pa’morir de cáncer! –respondió la mujer furiosa.
Estos dos detalles son un claro ejemplo del trabajo periodístico que realiza Gergory para criticar a una clase gobernante que vende tierras con todo y comunidades; para lo cual recurre a un personaje creado por él mismo que representa la voracidad de un empresario texano: Joe T. Hodo (“te jodo”).
Cuando no podemos solos pedimos ayuda a nosotros mismo
Gregory Max Berger tiene 47 años de edad, nació en la ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos; es profesor, comediante, periodista y cineasta. Vive en Cuernavaca desde agosto de 1998.
Berger satiriza a un “gringo”, un gentilicio (despectivo) usado desde el siglo XIX para designar a un estadounidense de lenguaje incomprensible.
El personaje está bien construido, caracterizado y actuado, es decir, es creíble. A parte de su vestimenta, está armado con un español áspero, las palabras se despostillan en su lengua, sus frases son por lo general en infinitivo y su sintaxis es retorcida.
T. Hodo representa el poder, el extranjero “gandalla” que allana las comunidades y llega a ordenar, no a solicitar. Supone que las voluntades son mercancías y que los mexicanos somos pendejos.
El personaje nació en 2013, pero su primer experimento con la comedia en México fue en el 2003, a principio de la invasión norteamericana de Irak. En aquel año Gregory estuvo produciendo documentales muy crudos, tipo ‘activista’, pero sentía que algo le faltaba a sus reportajes, confiesa este académico de la Facultad de Artes y el Centro Interdisciplinario de Investigación en Humanidades (CIIHU) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y de la Escuela de Humanidades y Educación, ITESM, Campus Cuernavaca.
En ese momento estuve furioso por la guerra de Estados Unidos y lo quería expresar desde la perspectiva de un gringo naufragado en México. Entonces hice un video, más comedia callejera que reportaje, en realidad, en donde un gringo se inspira por la resiliencia de los trabajadores de la economía informal en México y lo utiliza para superar su sentido de impotencia frente a la guerra. Sube al transporte público de la Ciudad de México y vende chicles como vendedor ambulante con acento gringo, para juntar fondos para una insurrección contra el entonces presidente George W. Bush.
Después de mostrar el video a varios amigos periodistas en una conferencia en Bolivia el siguiente año, me convencieron de seguir inventando personajes de gringos payasos como un instrumento para reportar sobre los movimientos sociales en América Latina. Durante los siguientes años, mis colaboradores y yo hicimos algunas sátiras sobre otros temas como “Spring Breakers Sin Miedo”, acerca de algunos gringos tipo junior, que llegaron a México para ‘celebrar’ la manera en que EEUU lucra de distintas maneras de la guerra contra el narco en México.
Finalmente, inventamos al personaje de Joe T. Hodo en 2013 para explicar el peligro que representa la fractura hidráulica (fracking) para los mantos acuíferos en México. Ese video ‘estreno’ de Joe se viralizó y mejor aún, se convirtió en una herramienta de organización comunitaria para las comunidades en el norte del país amenazados por el fracking. Y decidimos mantener vivo el personaje, y sobre ese primer video hemos construido el proyecto de El Joe T. Hodo Show.
Qué es, cómo funciona
Gregory expone que el periodismo de comedia es de opinión y los argumentos del autor se manifiestan a través de la sátira, el chiste y la ironía.
Por su tono cómico, el espectador o lector puede fácilmente detectar que se trata de la opinión subjetiva del autor.
Al ser una mezcla de comedia y periodismo, se entrelazan reportajes con montajes ficticios de comedia esquech que abordan los hechos “reales”.
“El periodismo de comedia sintetiza en su máxima expresión una problemática y al expone en una metáfora, ésta (metáfora) es la esencia del periodismo de comedia”.
Con la llegada de los nuevos medios, el periodismo de comedia se ha popularizado en muchas partes del mundo, pero hay ejemplos de este subgénero de periodismo desde hace por lo menos 300 años, empezando con el ensayo clásico “Una propuesta modesta” del autor irlandés Jonathan Swift, quien planteó de manera irónica que el problema de la pobreza de los campesinos irlandeses se podría resolver ¡con la venta de sus hijos a los colonizadores británicos para que los comieran!
La responsabilidad social: hay que pegar hacia arriba, nunca hacia abajo
El autor debe medir, en lo posible, las consecuencias e impacto de su trabajo, para apoyar y no estorbar a una causa social.
Para Berger importa darles oxígeno y apoyo estratégico a los movimientos sociales con quienes colabora, favorecer las ideas políticas que promueven la justicia y la igualdad, y burlarse de los grupos de la derecha que atentan contra los derechos de los marginados.
“Me encanta actuar, y hacer que la gente se ría, pero antes que nada estoy en esto por un compromiso social, y eso implica actuar siempre con un sentido ético. Algunos satiristas toman, como una guía: ‘hay que pegar [con la comedia] hacia arriba, y nunca hacia abajo.’ En general eso es cierto, pero a veces es más complicado que eso”.
Sobre la responsabilidad social en épocas de crisis el periodista y cómico propone:
En primer lugar, hacer que la gente se ría en medio de una pandemia es una tarea importante de por sí. La risa baja el miedo y eso en sí es muy importante para nuestra sobrervivencia colectiva. Reírse es un derecho humano que hay que defender.
“Pero nosotros quienes hacemos comedia social tenemos que ir más allá. Nosotros – el equipo de El Joe T. Hodo Show – tuvimos la oportunidad de ensayar la comedia en tiempos de desgracia durante el temblor del 2017. Pocos días después de la tragedia, metimos a Joe, el personaje que yo caracterizo, en las zonas más afectadas, como Tlaquiltenango y Jojutla e hicimos un reportaje de comedia en medio de los escombros que la gente limpiaba. La regla en esa producción fue bajo ninguna circunstancia burlarnos de las víctimas de la tragedia.
El reportaje se trató de la solidaridad y el espíritu de apoyo mutuo que surgió en ese momento, entonces jugamos con que Joe, quien es un defensor del capitalismo salvaje (o un especie de rudo tipo lucha libre) estuvo furioso, haciendo berrinche de que en un momento de desgracia, los valores comunitarios tomaron precedencia por encima del individualismo. De esa forma pudimos convertir el gringo malvado en el hazmerreír y en contraste, enaltecer a los que sacaron adelante a sus vecinos después de la desgracia.
“Esta pandemia (por el Covid-19) es algo diferente, porque es un terremoto continuo, pero el principio es lo mismo. Hemos intentado ridiculizar a quienes usan la crisis por su propio beneficio”.
Las buenas compañías
Los gustos e influencias de Gregory son variados, desde la comedia del cine clásico basado en los grandes personajes como Cantinflas por supuesto, Chaplin, los hermanos Marx, y Jaques Tati en Francia.
“Pero también soy muy fan de los periodistas de comedia en el mundo inglés hablante de las últimas dos décadas como los Yes Men, Stephen Colbert, y Sasha Baron Cohen. Y hay otra influencia para mí que es la gran tradición del ‘Tercer Cine’ en América Latina, una clase de cine militante que buscó impactar en la sociedad y reforzar los trabajos de los movimientos sociales.
En muchas ocasiones, como es el caso con el gran director boliviano Jorge Sanjines, se improvisaban escenas de ficción con actores no profesionales en las comunidades, como hacemos nosotros en nuestros esquech, solamente que nosotros lo hacemos con tono cómico más que dramático.
Otra influencia es el gran maestro cubano Santiago Álvarez, director del noticiero ICAIC durante décadas, quien encontró un lenguaje audiovisual verdaderamente popular. De eso se trata el periodismo de comedia también: comunicar información importante en un lenguaje popular.
Gregory Berger apunta que en México y concretamente en Morelos, la burla es un arma no violenta de lucha. El chinelo es un tipo de comunicación de humor, de resistencia.
Los interesados puedes seguir en trabajo de Joe T. Hodo en las diferentes plataformas digitales: Youtube: ElJoeTHodoShow; Facebook: @Joe.T.Hodo; Twitter: @JoeTHodo; Instagram: joet.hodo