Cuauhtémoc y los tecuanes
Por Máximo Cerdio
A propósito de la conmemoración del 496 aniversario luctuoso del emperador Cuauhtémoc o Cuauhtemotzín o Guatimozín o Guatémoc, “águila que cae” o “águila que desciende”, durante el Tercer Encuentro Nacional de Tecuanes, realizado en Tetelpa, comunidad de Zacatepec, Morelos, realizado en 2019, Cuauhtémoc Barrera Treviño, preservador de tradiciones de su pueblo Ixcateopan de Cuauhtémoc, Guerrero, reveló que en su localidad la danza de los tecuanes está asociada con la muerte del último emperador azteca.
Explicó que después de que, en febrero de 1525, Hernán Cortés mandó ahorcar a Cuauhtémoc, el cuerpo estaba colgado, en el estado de Tabasco, y por la noche, los primeros que llegaron a danzar ante el cadáver fueron los caballeros o guerreros tigre o jaguar, que eran militares de rango; luego le danzaron otras personas que no tenían rango.
De acuerdo con Cuauhtémoc Barrera, el origen de la danza de los tecuanes de Ixcateopan es ese, en referencia a que fueron los jaguares o tigres los que le danzan primero al cadáver de Cuauhtémoc.
“Existe la tradición de que el cuerpo lo sacaron de Tabasco viniéndose a Ixcateopan y entraron por la montaña, por Huamuxtitlán, Guerrero, y caminaban de noche, de tal manera que cuando llega el cuerpo a los pueblos le hacían su ceremonia, y bailaban sus danzas al estilo de aquel tiempo, de ahí que cada pueblo adquiere la danza y le da sus propias peculiaridades”, explicó.
Barrera Treviño relató que, en el caso de los tecuanes de Ixcateopan, las máscaras son rústicas, casi todas de madera de tzompantle, sólo la de La Pera es de cuero; pero todas deben ser deformes:
“Los mexicas le tenían una cierta divinidad a las personas con defectos físicos, no los desechaban, de tal manera que nuestras máscaras son deformes porque son seres divinos, son chuecas, es a propósito”.
Explicó que en la danza participan 16 parejas, y son personas del pueblo, nunca ensayan, sólo salen a danzar en 22 de diciembre por el cumpleaños de Huitzilopochtli, aunque la religión católica lo refiera a Santa María de la Asunción, cuya fiesta es originalmente el 15 de agosto, pero como el pueblo no tenía nada que celebrar ese día, la fiesta se pasa al 22 de diciembre.
Donde descendió el águila
En el número 96 correspondiente a septiembre del año 2016, de la revista Revolución editada en Iguala, Guerrero, con motivo del 67 aniversario del descubrimiento de los restos de Cuauhtémoc, último tlatoani mexica, Estela Díaz Escobar consiga que en Ixcateopan de Cuauhtémoc existe la creencia, según los “antiguos”, de que:
“en este lugar se paró el águila; aquí iba a ser la capital del imperio azteca, pero los habitantes apedrearon el águila, no permitiendo que se posara sobre el nopal y devorara a la serpiente”.
Otro hecho tomada de la tradición oral cuenta, asimismo, que con la caída del imperio mexica, en 1521, nombraron como capital del nuevo imperio a Ixcateopan.
Un hecho verificable, según la autora, es una profecía que auguraba que en que apareciera la primera figura de Cuauhtémoc (en 1948), saldría a la luz un gran acontecimiento que haría del lugar uno de suma importancia que cambiaría la historia de México: el hallazgo, en 1949 de los restos de Cuauhtémoc.
En 1950 se nombra “Año de Cuauhtémoc y muchas ciudades designan con el nombre del emperador calles y avenidas, hubo ceremonias, desfiles y mucho actos conmemorativos.
El congreso local nombra a Ixcateopan de Cuauhtémoc capital y después se convierte en capital por un día del estado de Guerrero.
“Este motivo producto que muchos funcionario tomaran como bandera a nuestro joven abuelo y utilizarlo con fines políticos, haciendo declaraciones y compromisos dentro de la Iglesia de Santa María de la Asunción; lugar del hallazgo la cual pasó a ser El Altar a la Patria y Cuna de la Mexicanidad’”
Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/Cuauht%C3%A9moc) refiere esta información sobre el hallazgo de los restos: la ciudad actual de Ixcateopan en el estado de Guerrero alberga un osario que supuestamente contiene los restos de Cuauhtémoc. La arqueóloga Eulalia Guzmán, una » indigenista apasionada «, excavó los huesos en 1949, que fueron descubiertos poco después de que los huesos de Cortés, encontrados en la Ciudad de México, fueran autenticados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Inicialmente, los académicos mexicanos felicitaron a Guzmán, pero después de un examen similar por parte de los académicos del INAH, se rechazó su autenticidad como la de Cuauhtémoc, ya que los huesos del osario pertenecían a varias personas diferentes, varias de ellas aparentemente mujeres. El hallazgo provocó un alboroto público. Un panel reunido por Guzmán apoyó el argumento inicial. La Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo que otro panel examinara los huesos, lo que apoyó el hallazgo original del INAH, pero no informó sobre el hallazgo públicamente. En 2011 se publicó un estudio académico de la controversia y se argumentó que los datos disponibles sugieren que la tumba es un elaborado engaño elaborado por un local de Ichcateopan como una forma de generar publicidad, y que posteriormente fue apoyado por nacionalistas mexicanos como Guzmán que deseaban utilice el hallazgo con fines políticos.
Al texto publicado originalmente en La Unión de Morelos, el 8 de abril de 2019 bajo el título “Asocian orígenes de danza del tecuán con muerte del emperador Cuauhtémoc”, se eliminaron algunos párrafos y se agregaron otros.