Testimonio de un “sobreviviente” mexicano con Covid-19 en Austria
Por Alejandro Boucabeille
Innsbruck, Austria; 30 de abril de 2020. Las redes sociales facilitan mucho. Sobre todo, ahora en los momentos del Corona virus y que tenemos muchísimo más tiempo dentro de nuestras 4 paredes, me sigue sorprendiendo cómo a través de mi Smart phone me puedo conectar con gente en mi bella ciudad natal de Acapulco. Ya que me enferme y que quería informar, cooperar con mi experiencia y crear conciencia, la Revista Presencia me pregunto si pudiera compartir mi testimonio, lo que con gusto acepté. Pues lo más que podemos hacer hoy, en los tiempos de desinformación y de «fake news» es informar para que los ciudadanos tomen sus precauciones. Sobre todo, cuando estaba en los peores momentos de la enfermedad y toda esta epidemia parecía que no había llegado a mi país natal, pues como anunciaban algunos políticos a nivel federal, se encontraban en otra fase, me parecía que mucha gente no se la tomaba en serio y por lo tanto tomaban riesgos innecesarios y peligrosos. Para la propia salud pero también para el “otro”. Pero una de las múltiples lecciones que saque de esta experiencia fue, que yo igual no había tomado en serio todo este fenómeno que cambio el mundo en todos sus aspectos. Que de cierta manera yo era igual. Yo había actuado de manera similar. Por lo tanto todo esto no se trataba de señalar, ¿pues quién soy yo para tirar la primera piedra?….
Muchas cosas cambiarán y serán diferentes. El resto de la «creación» seguramente debe estar feliz, bailando y gozando que la “especie más peligrosa” del mundo, está teniendo menos impacto en el “medio ambiente”, en nuestro hogar, llamado “tierra”. Es interesante que nos autodenominamos “Homo Sapiens Sapiens” mientras parece que no solo tenemos ese potencial de sabiduría sino también una sombra larga, que en muchas ocasiones la reprimimos y luchamos contra ella que por lo tanto es responsable de muchas tragedias a lo largo de nuestra historia humana. No por nada el reconocido psicólogo Carl Gustav Jung subrayaba: “A lo que te resistes persiste”. Podemos ahora observar que toda la vida del “Ego”, el dinero, la fama, los bienes y raíces, el oro y las acciones que podamos acumular, no nos sirven mucho. Estamos todos en el mismo barco y no podemos comprar salud ni una vacuna para salvarnos. Y aun si fuera así, somos seres sociales que dependen del otro y si el otro no está bien, tampoco estamos ni podemos estar bien nosotros. Independientemente si eres Bill Gates o una persona con escasos recursos económicos. Esta sería una de las grandes lecciones para la humanidad. O se reinventan o seguirán este tipo de crisis. Pues ahora es el momento de reinventarnos, de redefinirnos para mejorar la vida, el bienestar y la salud en este bello planeta, que es el único que tenemos y que sin salud no es igual.
Ni la activista joven, la sueca Greta Thunberg logro tanto para evitar y reducir el «cambio climático» que este virus.
Recuerdo que en el lugar donde trabajaba, incluso hacíamos chistes y nos reíamos del pánico que se estaba generando. Ahora la situación es diferente, a nivel micro como macro, sabemos de las tragedias que se están viviendo en muchos países alrededor del mundo. Los ejemplos con más tragedias humanas son Italia, España y EUA (sobre todo Nueva York), las nombro por el orden cronológico de los hechos. Pero también no hay que olvidar todo lo que logro cambiar en nuestro mundo social o el daño económico que ha creado y que seguirá impactando, incluso en países del llamado «primer mundo». Afecto literalmente todas las partes, elementos y segmentos de nuestras vidas. Nuestros abuelos ni hasta generaciones anteriores de nuestros antepasados han vivido este tipo de hecho histórico, aunque desde tiempo existen estos tipos de virus, ya desde 1960. O tomemos el ejemplo de SARS o de Ébola. No somos ajenos a la naturaleza, somos parte de ella y siempre existirán estos tipos de «enfermedad». No soy un especialista, pero como acaba de decir mi maestro, el filósofo Enrique Dussel, en Aristegui Noticias, este tiempo es un tiempo de reflexiones profundas, como individuo y como humanidad.
Como solían decir los antiguos Romanos: “In medias res” …a la “chamba”. Me auto entrevisto para no olvidar ningún aspecto importante de esta experiencia única para mí.
¿Dónde y cómo me pude contagiar?
Aunque soy Franco-mexicano crecí sobre todo en el bello país de Austria. Gran parte de mi vida la pase en el centro de Europa y aunque viví los últimos 3 años en América Latina (Argentina y México), regrese por diferentes motivos a Austria hace casi 6 meses. Desde Enero 2020 hasta el 16. de Marzo trabaje en un Esquí resort en Lech, Vorarlberg. Una región muy exclusiva en el estado vecino al Tirol, en Vorarlberg, Austria. Son comunidades muy turísticas y de las más reconocidas a nivel internacional, en donde en verano se practica el senderismo y todo tipo de deportes, pero es sobre todo en invierno que vienen viajeros de todo el mundo. Sobre todo para practicar deportes de invierno como esquí. Los mercados principales son Alemania, Inglaterra, los países de Escandinavia, Holanda y Bélgica. Incluso los monarcas con sus familias reales como de Inglaterra o Holanda regularmente se hospedan en este pueblo. Exactamente no se cuando me contagie. Todo esto lo estuve definiendo después de que me diagnosticaron Covid-19 positivo. Aun así estoy casi seguro del momento. Como tenía mucho contacto con clientes, recuerdo que a finales de Febrero o principios de Marzo un señor mayor de edad estornudo a un metro de mi en mi dirección y que me salpicó. Después de reflexionar me acordé que una voz interior me dijo: “Si es que te contagias de este virus seguramente es ahora, en este momento”. Así que, otro aprendizaje seria el poder de la mente. Finalmente pues decidí enfermarme, pues yo elegí esa voz y darle peso. Cada vez más estoy convencido del poder interior que tenemos de decidir y crear nuestros pensamientos, emociones y por lo tanto acciones que tienen consecuencias. Como muchos, antes lo sabía intelectualmente, ahora lo sentí y lo sé en una manera más profunda, como de hecho también que soy mortal, que en un día ya no estaré y que puede ser en cualquier momento. Casualmente pensamos que a nosotros nunca nos tocaran ese tipo de tragedias, enfermedades y parece que hasta pensamos que viviremos eternamente. No es así, igualmente tenemos fecha de caducidad. Y eso no es nada feo o malo, es natural. Y en mi caso me lleva a ser más humilde, tener más gratitud y querer servir a los demás.
¿Qué síntomas padeciste?
Unos días antes de “caer enfermo” sentía un dolor de cabeza por ciertos momentos, en los cuales pensé que era otra cosa, estrés, necesidad de descansar pues trabajaba 11 horas en mi trabajo, entrenaba 2 horas y el resto del tiempo libre lo usaba para avanzar en mis proyectos y eso por más de 4 meses sin día de descanso…hasta que fue empeorando. Ya cuando llegue a Innsbruck en donde normalmente vivo, me sentía algo cansado y al mismo tiempo contento de que avance con mis objetivos y que ahora tenía tiempo por la cuarentena para leer, escribir y dormir. Llegue en la noche y use ese tiempo como también la próxima mañana hasta que de repente me sentí muy cansado y era raro, pues me acababa de despertar hace 2-3 horas. Luego me acosté otra vez y dormí un rato. Al despertar me dolía todo tanto, no solo la cabeza o las extremidades, en si todo el cuerpo. Me sentía muy débil y la cabeza parecía que quería explotar. Pronto llego la fiebre. La cosa es que subía y bajaba, subía y bajaba, varias veces durante el día. 2 o 3 días estuvo alta. La cosa es que también los síntomas no son igual con todas las personas y van cambiando. Después de la etapa de dolor de cabeza de unos 5-6 días (1 Etapa), fiebre y dolor del cuerpo durante unos 3 -4 días (2), se quedó la debilidad y el dolor de todo el cuerpo más vino una toz y se me tapo la nariz por unos 5-6 días (3) y terminando con una extrema sensibilidad al respirar, un sentimiento extraño en el pecho y dolor con cada respiración en los pulmones – eso por 3-4 días (4). Después mejore bastante y ya sentía que me estaba recuperando. Obvio que esto es un aproximado y va ligado a las emociones, pues a veces me sentía muy triste, en otros momentos agresivo y me preguntaba porque me paso a mí, después muy emocional y en ciertas ocasiones llore. Necesitaba también a una persona con quien hablar y tener la presencia de alguien. Como ya mencione, en mi caso, los síntomas no fueron muy fuertes, aun así, nunca he sentido así un dolor de cabeza, que lo puedo distinguir de uno de “gripa” y eso que ya he tenido de todo, hasta “fiebre tifoidea”….por lo tanto pudiera escribir un libro acerca de esto, pues de niño travieso y aventurero me tocaron varias experiencias…..que desde mi punto de vista, son parte de crear un buen sistema inmunológico….pues hoy en día hay tanta gente con tantas alergias por “cuidarse demasiado” y que sus papas evitaron todo tipo de “contaminación” y los “sobreprotegían” a través de un exceso en higiene por ejemplo….que pues yo no tengo ninguna alergia, he vivido en diferentes países y viajado a más y normalmente nunca tengo problemas, ni en México ni en la India.
¿Como sobrelleve la enfermedad?
Todo es relativo. Ya lo decía Einstein. Igual estar enfermo. Pues yo soy consciente de lo privilegiado que soy, por tener la vida que tengo y estar viviendo en un país que ofrece de los mejores sistemas de salud por poco dinero no como en otros como los EUA o México en donde muchos aspectos dependen de tu bolsillo, si tienes dinero tienes justicia, educación, seguridad y también “salud”. Por lo tanto pues estaba en mi departamento, un amigo me ayudaba con las compras. Las dejaba en la puerta, más tarde yo bajaba y me cocinaba algo. Como no tengo familiares ni otras responsabilidades y vivo solo, dormía mucho. Todo ese descanso para recuperarme más rápido. Intentaba de nutrirme e hidratarme bien, aunque en los peores días se me dificultaba algo, por la falta de energía y también porque parte de mis síntomas era un asco a la comida, a las bebidas como a cualquier actividad.
¿Qué atención medica requerí?
A diferencia a muchos países, las autoridades en Austria estaban al pendiente de todos los casos. Me llamaban diario, igualmente un médico, para saber más de mis síntomas y por si tenía preguntas. Existe una línea de emergencia 1450 en el caso particular de Austria a donde podía llamar por si se empeoraba mi situación. Al comienzo cuando me enferme les llame y ellos monitoreaban y me mandaron a dos médicos para realizarme el test y después los resultados. Como no contaba con antecedentes ni otro tipo de enfermedad, ni diabetes, ni neumonía u otro tipo de malestar o síntoma diferente, como dificultad severa para respirar, no se me receto nada más. Simplemente estar en casa y sanar. Interesante es que la policía venia casi cada día a revisar si estaba en casa. Tocaban y los tenía que saludar desde la ventana con cierta distancia, pues para no contagiarlos ya que incluso las autoridades contaban con recursos limitados. También una parte esencial de los policías estaban contagiados y el resto expuesto a grandes riesgos por su labor. Aun así hay que mencionar que el sistema aquí funciona bien, la mayor parte de la gente respeta las restricciones y por lo tanto saldremos más rápido y fuertes de esta crisis. Me siento muy agradecido con los funcionarios, médicos y policías como también con mis vecinos, amigos y familiares que estuvieron al pendiente de mí. Creo que hemos creado lazos más profundos y valorado lo hermoso que es sentir y vivir esa solidaridad con el “otro”, crear esos puentes de humanidad. Creo que así se aprende este valor y pues uno de los resultados es que me tomo más “tiempo de calidad” para las personas que amo pero también para mí mismo.
¿Use algún método o remedio tradicional? ¿Como me cuide?
Como en mi caso no tenía antecedentes clínicos – no se me receto nada. Los médicos estaban al pendiente de mí, pues cada día me llamaban y me preguntaban por los síntomas. No solo por “preocupación paterna” en mi caso si no igualmente para “proteger a sus ciudadanos” y controlar mejor las políticas públicas de salud y vencer a este virus. En comparación con amigos y conocidos que lo tuvieron, me tocaron síntomas versión “light”. Existen diferentes factores que forman parte de la respuesta. Uno de estos es la forma que vives tu vida. Como soy joven (cumplí 36 durante mi cuarentena obligatoria), me alimento muy bien (soy vegano), normalmente ejército en promedio 2 horas al día (pues soy deportista de alto rendimiento, corriendo maratones, trails y practicando CrossFit), duermo bien, me hidrato y cuido mis niveles de “estrés y ansiedad”, a parte no tengo vicios (ni drogas ni alcohol ni tabaco etc.) – con excepción de los viajes y las buenas lecturas y charlas con todo tipo de gente…..me ayudó mucho esa inversión en mi vida. Practico algo de yoga y Meditación Vipassana – que de seguro en lo emocional y espiritual me aporto mucho. Por lo tanto, no tome nada, más que 3-4 días Paracetamol, así podía luchar contra esos fuertes dolores de cabeza que “sufría” sobre todo cuando padecía de fiebre. Obvio que descanse mucho (ni tenía fuerza para más y eso que normalmente llevo una vida muy activa…), aunque sentía un cierto “asco” a tomar y comer, me hidrataba y comía bien, pero lo más importante para vencer estos síntomas fuertes de gripa, era el amor. El amor a uno mismo, el quererse y cuidarse. Eso me sirvió mucho. Y no solo para sanar. También para seguir adelante con mi vida. Amor, amor, amor…” LOVE IS ALL YOU NEED” …
¿Quién me cuido?
Nadie. No, perdón, incorrecto. Yo me cuide. Pero claro, a través de las redes sociales, teléfono, WhatsApp, mis familiares estaban muy al pendiente de mi situación. Mi hermana que es una excelente enfermera constantemente me asesoraba a la distancia, mi madre como mi pareja también. Ese es un aspecto muy importante, la parte emocional. Aunque estaba “solo”, no sentía “soledad”, sino más bien me sentía “acompañando”, aunque estaban a miles de km de distancia y horas de diferencia en el horario. Cada día hablaba con ellos y recibía palabras de mucha energía. Les agradezco también a todos los que me seguían en mis redes, más adelante, cuando ya me estaba recuperando, empecé a realizar cortos videos explicando la situación y mi caso, para así mismo informar a la gente. Recibí muchas lindas palabras de amor, atención y de motivación. Se les agradece a todos.
¿Que comía?
La nutrición siempre es de tremenda importancia, sobre todo en estos momentos. Intentaba alimentarme lo mejor posible. En los momentos difíciles solo sopa, frutas y ensaladas. Antes y después todo tipo de comida vegana. Siempre natural, balanceado y fresco. Próximamente publicare un libro de mis recetas veganas y vegetarianas que no solo he preparado en mis cursos de cocina si no también durante este periodo. Tomaba mucha agua y te. Nada de refrescos o alcohol, que de por si no tomo. En pocas ocasiones jugo natural, un smothie o licuado.
¿Cuánto tiempo duro el malestar?
El malestar duro en total un poco más de tres semanas, casi un mes. Desde los primero dolores de cabeza hasta la recuperación. Esto es relativo pues depende del caso y de la persona.
¿Me sentí al borde de la muerte?
No, pero estaba consciente que no lo debía subestimar. Pues en mi interior sabía que me recuperaría y estaría bien. Lo veía como un reto más, sobre todo mentalmente, que me haría más fuerte. En pocos momentos me deprimí y ahí fue importante de mantener esa fuerza como en una carrera o un Maratón, resistir, persistir y seguir pensando positivo. Un reto, pero todo se puede.
¿Qué experiencia me dejo?
Las personas categorizan esta experiencia como negativa. Yo no lo veo así. A nivel mundial nos dará lecciones y espero que las aprendamos. A nivel personal, me ayudó mucho, a valorar la vida, a vivir la “felicidad” ahora y no mañana, a ser más humilde y a disfrutar los detalles: respirar, comer, caminar….la vida que es ahora, en este momento. Aprendí varias lecciones y me conocí más.
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