Presagio de Luz, un regalo para Tlaquiltenango
Texto y fotos de Yesenia Daniel
Tlaquiltenango, Morelos; 3 de febrero de 2020. Un rezo de muerte rompe la espera en el estudio Yolotl, es la tercera llamada para iniciar la puesta en escena de Tetzahuitl, Presagio de luz, una obra de teatro que palpita el corazón al ritmo de tambores prehispánicos, de la narración de una leyenda en donde se mezcla la historia y las costumbres en el marco de la fiesta de la virgen de la Candelaria, en donde los tamales son mencionados y hay una alusión a ellos y la forma en cómo fue asesinada la princesa Xochitlcihuatl.
La fuerza de la obra de teatro radica en los detalles, desde el manejo de luces, la música en vivo de tambores, flautas y caracol, la danza interpretada con vigorosidad por hombres y mujeres jóvenes del ballet folclórico Yolotlchikauak, la voz soprano de la actriz Adriana Hernández Rascón, la contundente actuación del trio de actrices liderada por la experimentada Lida Jiménez, así como el guión del dramaturgo Emmanuel Espín Pineda.
La puesta en escena se llevó a cabo en un recinto ciudadano, un edificio rectangular con el techo volado por el sismo de hace 3 años, una lona allá arriba se infla como la vela de un barco cuando resoplan los vientos de febrero loco, es el primer día del mes, por la tarde la gente y la Iglesia participó en la entrada de las flores para anunciar la fiesta de la Santa Patrona del pueblo, la virgen de la Candelaria.
Una voz contundente, de mujer, abre un telón imaginario, el color negro y la solemnidad hacen que uno se mantenga atento al paso de la señora que lleva luto y se apoya en un bastón, es ciega, ciega desde nacimiento, ella nos lo grita pero quiere que se enciendan las velas y que ya se repartan los tamales, estamos en un funeral.
Durante el desarrollo de la obra no hay momento para distraer los sentidos, la historia se entremezcla con la leyenda del puente de Tlayehualco que recientemente cumplió 400 años; el mito fue recopilado por el cronista tlaquiltenanguense René Gama Beltrán, y el misterio de un asesinato por el cual estamos en un funeral.
Tetzahuitl, presagio de luz no estuvo dentro de la oferta cultural del municipio, cada uno de los participantes, al menos el maestro Héctor Almanza Rebollar y Emmanuel Espín, están conscientes del poco apoyo para la cultura, no obstante gracias a esa libertad pudieron poner el corazón en sus diferentes ámbitos y ofrecer este regalo a la población de Tlaquiltenango
“Yo me enamoré bastante de este municipio porque el pueblo donde yo nací estaba sujeto a este señorío de Tlaquiltenango, y entonces cada vez que yo quería saber algo de la historia de mi pueblo (Tehuixtla) tenía que buscar en Tlaquiltenango, por eso es que yo he buscado la manera de hacer cosas en este lugar”, comentó el director de la obra.
La idea original nació del grupo de danza folclórica Yolotlchikauak, que ya hacían la interpretación dancística del mito del puente de piedra. Se dice que la princesa Yolotlcihuatl se enamoró de un español pero al descubrirse su amor, su padre mandó matarla y la sepultó entre piedras a propósito de la construcción del puente que sería una importante vía de comunicación entre los pueblos del sur; al menos aquí no es raro escuchar ese mito que dice que para que las construcciones perduren deben llevar a cuestas el alma de algunas personas.
“Cuando le platiqué la idea de la obra de teatro danza a Emmanuel no le gustó porque él es muy correcto, trata de no meterse en problemas muy polémicos pero lo convencí porque es historia y es parte de la cultura del pueblo”, mencionó el maestro Héctor Almanza Rebollar.
El grupo de danza Yolotlchikuak tiene al menos doce años trabajando iniciando con la danza prehispánica, desde hace seis años empezaron a hacer este tipo de actividades con recursos propios, “no sólo hacemos danza prehispánica, también hacemos jornadas culturales de música y pintura, hemos organizado exposiciones de pintura, bandas de rock, es una forma de revelarnos ante los pocos espacios que hay y ya que no nos los dan nosotros los creamos”.
El escenario se complementa con una mesa donde hay luz e imágenes religiosas, la voz extranjera de Natalia cuenta una historia de abandono y de cariño que se dio no como se hubiera querido sino como se pudo.
Presagio de luz tuvo dos únicas funciones ese día pero el director no descarta llevarla a otros municipios o estados si existiese interés por verla.