Ni inalcanzable ni clasista, este maestro de ballet enseña que lo único imposible es lo que no se intenta

 

Texto y fotos: Yesenia Daniel

 

Jojutla, Morelos; 12 de febrero de 2020. Esa chispa en sus ojos aparece cuando las puntas de Irving Martínez Morales, tocan un escenario, mira a su público y le habla: “gracias por estar aquí”. Amable, positivo, convencido de abrirle camino a niños y jóvenes que al igual que él, sienten que su vida no sería lo mismo sin la danza, Irving se mantiene firme en la lucha por quedarse en Jojutla y formar un semillero.

 

Hace ocho días una pequeñita de entre 4 y 6 años le dijo: “Gracias maestro porque pensé que nunca iba a bailar como una bailarina de ballet, yo pensé que nada más bailaban en la tele”, la niña vestía un tutú rosa y fue de las más entusiasmadas y participativas donde el maestro de ballet ofreció clases gratis en este el mes del amor y la amistad en Jojutla, un pueblo en el sur de Morelos que tiene una reducida oferta de actividades culturales y artísticas para sus habitantes.

 

Irving Martínez Morales es egresado del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en el último peldaño de su vida escolar dejó “una carrera segura” y se decidió por la danza porque no se veía en otro lugar que no fuera el escenario, desde el año 2016 fundó la escuela de danza Revoltade, primero en su casa en donde el sismo de 2017 le quebró espejos y le fisuró algunas paredes, a pesar de los daños físicos y emocionales el maestro se levantó y usó el arte como terapia para curar a niños que habían visto caer su entorno.

 

El camino no ha sido fácil primero porque fue señalado por su decisión y luego porque los espacios para mostrar o aprender danza no existían, se pensaba que el ballet era imposible para quienes tenían recursos económicos apretados.

 

“El ballet sí es carísimo, en Cuernavaca las mensualidades están en mil 200 por dos clases, entonces yo entiendo que no estamos en una zona económica donde haya mucho ingreso y entonces quiero pensar que abriendo esta posibilidad para los padres de familia que no tienen esa economía, lo valoren, que escuchen a sus hijos y tomen las clases, que se den cuenta que si es algo que les deja esto es crecimiento a sus niños. Picar piedra ha sido para mí muy constante porque nos hemos movido a Galeana, Higueron, Jojutla, Perseverancia, siempre buscando un espacio conveniente para los niños y no es fácil porque no hay espacios, están muy elevadas las rentas, tocar puertas, unos sí nos ayudan otros no, pero cualquier ayuda va a ser bienvenida”, declaró el bailarín.

 

En 2012 el joven jojutlense formó parte de la selección nacional que representó a México en la International Cheer Union una competencia mundial, su equipo se llevó el bronce, Estados Unidos el oro, y Japón, la plata; su sueño en Jojutla es formar un equipo de alto rendimiento que compita en todos los niveles (regional, estatal, nacional, mundial) y se prepare para participar en los Juegos Olímpicos, puesto que las disciplinas de Cheerleader y Dance Poms serán consideradas como disciplinas deportivas.

 

“Nosotros no sólo estamos compitiendo con el talento sino con lo económico, a veces hay mucho talento aquí pero hace falta dinero, entonces es ahí dónde ojalá, le pedimos a los servidores públicos, a los diputados que volteen a ver a Jojutla y nos manden para vestuario, para espejos, para un calzado, nunca es suficiente porque no sólo se pagan las clases sino el uniforme, las competencias, tus pasajes, tus viáticos, pero a pesar de eso hemos ido a competir hasta con un mallón y una playera del mismo color y hemos ganado pero si es más bonito con el uniforme de gala, pero lo que los hace a ellos seguir adelante es ver sus resultados en las competencias y que les den sus primeros lugares, yo les digo que yo pude y en ese entonces no tenía lo que ellos están teniendo ahora, entonces deben echarle más ganas”.

 

Irving Martínez cree en el poder del arte, él mismo ha roto ciertos paradigmas en este sentido, siendo varón e incursionando en un deporte estigmatizado para ellos, acercando el ballet clásico y el jazz a niños que nunca hubieran imaginado bailar con un profesional y ponerlo a su alcance económico, aunque sus mentores se enojarían porque está dando una idea de que el arte no cuesta y que los artistas viven de la inspiración solamente, pero él está seguro por qué lo hace y esas respuestas las encuentra cuando pisa los escenarios.

 

En esta hambre por mostrar la danza y lo que puede hacer en cuerpos y mentes, el bailarín creó la compañía de artes escénicas Raíces de Jojutla, que es una escuela formadora de artistas que se ha presentado en diferentes escenarios y con diferentes ritmos.

 

Durante este mes del amor y la amistad, y través de una convocatoria que hizo el sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), él junto con siete maestros más están dando clases gratis a 50 niños que agotaron la convocatoria en tres días, “fue un acto de gentileza no sólo mía porque estamos aquí siete maestros que no estamos cobrando, y es para los niños”, señala Irving Martínez.