Jojutla carece de memoria sísmica, registros demuestran daños en la misma zona afectada hace dos años
Yesenia Daniel
Jojutla, Morelos; 21 de octubre de 2019. Un reporte con fecha 1845 que salió de la demarcación de Jojutla hacia autoridades en Cuernavaca, demuestran que un terremoto de 8 grados de intensidad causó afectaciones en la zona centro de Jojutla, prácticamente la misma que hace dos años resultó sumamente afectada por un sismo de 7.1 momentos de intensidad.
El documento es una versión digitalizada de un periódico de la época remitido a Carlos Ríos Figueroa, asesor en materia de riesgos y Protección Civil en Morelos, como un dato compartido por su hermano, Carlos Ríos, investigador independiente y documentalista que logró recopilar una gran base de datos por interés personal por la historia de su municipio y de su Estado.
A continuación se reproduce tal cual, respetando la ortografía original para dar al lector un mayor y mejor contexto:
“1845: Reporte de las consecuencias de una serie de temblores en Jojutla:
“Dios y libertad. Jojutla, Abril 8 de 1845.-
Gregorio Alamán.- Señor prefecto del distrito de Cuernavaca.
Núm. 3.- Prefectura de Cuernavaca.- Juzgado de paz 3◦ de Cuernavaca.- Cumpliendo con lo dispuesto por V. S. en su nota de 7 del actual, he pasado con cuatro personas inteligentes a reconocer los perjuicios hechos por los temblores en el templo principal de esta ciudad, y hemos advertido que aunque se le notan al expresado edificio algunas cuarteaduras en el cañón de la bóveda, no son éstas de ningún riesgo, y sí lo es la del tercer cuerpo del campanario, porque como en esta parte se hallaba sumamente sentido dicho edificio, por haber sufrido hace mucho tiempo los estragos de una centella, hoy, con el sacudimiento del temblor, se halla sumamente deteriorado y amenazando ruina.
No solo este es el perjuicio que los repetidos temblores han ocasionado a la población, pues hay otro mayor y riesgoso por la parte en que se halla, que es la casa nombrada palacio, que sirve de cuartel y cárcel. Esta ha sufrido mucho deterioro en sus paredes, porque casi todas ellas se han cuarteado, y en particular dos bóvedas que sirven de cubierta a las dos cuadras interiores, cuyo primer piso lo ocupan los dos principales calabozos de la cárcel. Estas dos piezas amenazan por momentos su completa ruina, y yo llamo muy particularmente la atención de V. S. para que se sirva tener presente, que si por desgracia estas bóvedas acaban de desplomarse y se hunden, no puede resistirlas el segundo piso, y ambos se hundirán sobre los celadores de la cárcel, y a más de las muchas desgracias que sobre los reos deben experimentarse, se inutilizan completamente unas y otras habitaciones que hay; atendiendo a su remedio podrían conservarse.
En la escuela de niños se advierte también otro perjuicio hecho por los temblores, y es, el de haberse desquiciado la madera de la cubierta y soltándose de los macizos de mampostería que la aseguraron, por cuya razón está muy expuesta a hundirse en cualquiera sacudimiento; y hoy con muy poca cosa podría ponerse en seguro.
Estos son los únicos estragos que por hoy se notan en la población, y quedo haciendo indagaciones para ver si adquiero noticias de otros, y en caso de tenerlas, las comunicaré a V. S. oportunamente.
Dios y libertad. Cuernavaca, Abril 9 de 1845.-
L. Calderón, secretario.”
Como se puede apreciar en dicho documento se habla de “el templo principal”, una casa llamada “palacio”, así como “la escuela de niños”, que podrían ser la Iglesia de San Miguel Arcángel, que de acuerdo a las investigaciones del documentalista Azael Abdí Vázquez Román, el período de tiempo en el que se ubica la construcción es entre 1545 y 1550; mientras que la construcción del palacio municipal se ubica entre 1865 y 1870; de “la escuela de niños” se desconoce a qué construcción se refiera, por lo que se supone que dichos puntos se ubican en el primer cuadro de Jojutla, la misma zona afectada hace dos años por el sismo del 19 de septiembre.
Los daños del sismo de 1845 no se concentraron únicamente en Jojutla, el reporte señala también afectaciones en Cuernavaca, la bóveda de la catedral sufrió cuarteaduras, se cuartearon también las paredes del palacio de Cortez; en Tepoztlán la iglesia de la Natividad sufrió la cuarteadura de sus dos torres, en Coatlán del Río colapsaron 3 casas y se presentaron agrietamientos en el campo.
En Tetecala la población más afectada, varias casas y edificios sufrieron cuarteaduras, la escuela sufrió afectaciones importantes por lo que tuvieron que suspenderse las clases, afortunadamente en Morelos y de acuerdo a estos datos, no hubo personas que hayan perdido la vida.
El asesor en materia de riesgos y Protección Civil, Carlos Ríos Figueroa, expuso este tema en el Encuentro de personas interesadas en la Historia, que organizó Azael Vázquez Román con el apoyo de la Escuela de Estudios Superiores de Jojutla (EESJ), en donde destacó la importancia de este documento para lo acontecido en Morelos, especialmente en Jojutla tras el sismo, pues contrario a lo que la población y autoridades pensaban, en Jojutla sí había temblado así, e incluso más fuerte. Jojutla sí es una zona sísmica.
“La ciudad de Jojutla posterior al sismo de 2017 se le ha dado por llamar que está ubicada en una nueva zona sísmica lo cual no únicamente hacen notar nuestra ignorancia social e institucional en cuanto a las características geológicas o de composición del subsuelo de la zona, también nos exhibe como una sociedad con una deficiente memoria histórica. Para poder transitar de una comunidad afectable a una resiliente, es necesario dentro de proceso de la gestión de riesgos, el conocimiento histórico de los desastres locales, la información generada por los mismos y que ha quedado impresa, ya sea de manera física o en la memoria de la comunidad que es muy valiosa, pues a partir de ella se pueden construir ciudades con un grado de afectabilidad menor”, declaró el asesor en materia de riesgos.
Han pasado dos años desde el sismo del 19 de septiembre que dejó en Morelos 23 mil construcciones dañadas parcial o totalmente – entre viviendas y edificios públicos-, y 74 personas fallecidas según la cifra oficial; y parece que a pesar de los daños no hay una enseñanza para aprender de lo vivido, como la cultura de prevención de riesgos o tener leyes y reglamentos en construcción o atlas de riesgo específicos o inventarios de riesgos locales y regionales, algo en lo que coincide el asesor en Protección Civil.
“A dos años del sismo observamos que la comunidad continúa dentro del proceso de duelo y el mismo es compartido por la autoridad local, no sea han generado sistemas de información que permitan diseñar políticas públicas en materia de riesgos, al no existir estos sistemas de información al paso del tiempo los recuerdos del evento destructivo quedaran condenados a subsistir únicamente en los recuerdos, aquellos que nadie quiere conservar llevándonos como en un círculo vicioso, a la repetición del evento destructivo. Consideramos que es importante transitar de la cultura de la resignación a la cultura de la prevención”.