Morelos CL aniversario del decreto de su erección y de Yautepec como su primera capital

PALACIO DE CORTÉS 1951 PETER SMITHERS

Por Gustavo Garibay

“Tierra por cierto la más bella y deleitosa que hay en medio mundo, que si no fuera por el mucho calor que en ella hace, era otro paraíso terrenal, por haber en ella hermosísimas fuentes, caudalosos ríos, llenos de mucho pescado, arboledas fresquísimas, frutales de muchas diferencias, así de la tierra, como de España, de donde se proveen todas las ciudades comarcanas; llena de mil diferencias de flores odoríferas, unas mejores que otras. Riquísima de algodón, donde acude el trato de toda la tierra a él.”

Fray Diego Durán, Historia de las Indias de la Nueva España e islas de la tierra firme

“Unidos como hermanos los hijos de Morelos, amemos nuestro estado con todo el corazón.”

Manuel Díaz de León, Marcha Morelenses

 

El devenir histórico del presente

Hoy conmemoramos el aniversario CL del Decreto de Erección del Estado de Morelos, la región cultural suriana en donde nacieron mis padres, hijos de migrantes poblanos y judíos sefardíes. Mi pueblo, Yautepec, fue la primera ciudad capital. Me enorgullece su historia, su cultura y tradición, así como su poderosa tradición de re-existencia. Larga vida a esta región milenaria; a Morelos, esta tierra de luchas, de ejemplar dignidad, laboratorio político, social y cultural de lucha y re-existencia en México. Que vengan días luminosos, construidos de manera colectiva, para que “Unidos como hermanos”, “Hagamos que sea grande, y siempre respetada, la parte más hermosa de nuestra gran nación”, y “Ejemplo de grandeza, de paz y de progreso, (para que) dejemos como herencia viviendo con honor”.

Morelos no es una ficción histórica ni una entidad aislada. Para fortuna de los que aquí vivimos, no se inventa ante la catástrofe que significan el final de un trienio o de un sexenio, se reinventa cotidianamente desde hace miles de años al interior de una profunda y gozosa vida comunitaria que se visibiliza a través de su organización social. Esta herencia se manifiesta vitalísima a través de sus  fiestas y tradiciones que se comparten cantan, se beben y se representan como un legado en sus memorias colectivas que indisociables –paisaje, memoria y territorio-, constituyen una riqueza patrimonial tangible e intangible, excepcionales. Las microhistorias de nuestros pueblos conforman una poderosa historia regional vinculada a los grandes procesos que han definido la historia nacional: de la eclosión y esplendor de Mesoamérica, pasando por el sinuoso camino del descubrimiento de América a la Conquista y la Colonia, hasta la simiente de nuestras modernidades políticas: la Independencia, la Reforma Liberal, el Porfiriato, y -de manera especialmente significativa- a la primera revolución social del siglo XX, la Revolución Mexicana. Somos la cuna del zapatismo, bastión de utopías por el derecho a la posibilidad.

Nuestros padres y madres, sus abuelos, nuestros antepasados, acompañados por muchos de los que han llegado, han participado con su trabajo -a veces a sangre y fuego- para forjar idea de sentido y de destino de eso que hoy llamamos México, nuestro lugar, espacio-tiempo de esa memoria en donde como dijo el poeta, todos los siglos son un solo instante. En ese devenir sin retorno, desde entonces, no sin sus resistencias, violencias y contradicciones, los territorios culturales morelenses han sido parte de una nación que ha venido siendo un laboratorio social pluriétnico, multicultural y multilingüístico.

Contrario a lo que comúnmente se piensa, a pesar de su extensión territorial –mayor a la de Tlaxcala y la Ciudad de México-, Morelos posee una riqueza biocultural insospechada. A lo largo de los siglos, conquistadores, exploradores, artistas, políticos e intelectuales, viajeros y hombres de empresa, provenientes de distintas latitudes han dejado testimonio de ello en diversas obras literarias y científicas que inmortalizan la belleza natural de estas tierras y la hospitalidad de su gente. Nuestra casa ha sido siempre compartida; residencia de una gran cantidad de extranjeros. Tan solo por mencionar algunos de eso hombres y mujeres, disímbolos en los propósitos de sus estancias, del siglo XVI al siglo XX, Moctezuma, Cortés, Fray Juan de Zumárraga, Francisco Hernández, Fray Bernardino de Sahagún, Francisco Gamelli, Jacques Paire, Alexander von Humboldt, Carlota de Bélgica, Maximiliano de Habsburgo, Frances Erskine Inglis de Calderón de la Barca, Rosa E. King, Malcolm Lowry, Eric Fromm, Gregorio Lemercier, entre muchos otros, quedaron cautivados por esa riqueza cultural de la que todavía somos herederos. Habitamos la tierra de Zapata y de Virginia Fábregas, mexicanos universales, morelenses de excepción. Por su cercanía con la capital del país y por sus cualidades climáticas -que costosamente nos estigmatizó con el clasismo de que aquí solo habitábamos sirvientas y jardineros-, Morelos alberga 42 centros e institutos de investigación, tres laboratorios nacionales, más de 340 líneas de investigación y 7 oficinas de transferencia tecnológica certificada, de la más alta calidad que definen el presente y el futuro del conocimiento desde Morelos para México y el Mundo.

Diversos movimientos sociales de resistencia durante los siglos posteriores a la conquista y en el siglo XX la lucha zapatista, constatan una memoria social indómita que nos ha legado a los morelenses una dignidad en defensa de la tierra, consciencia e identidad social asediada por el cacicazgo regional de propios y extraños que desde las élites económicas y políticas han hecho del territorio morelense un botín a salto de mata. Lo hemos visto, lo seguimos viendo.

Entre marzo de 1519 y agosto de 1521, los ejércitos de Hernán Cortés avanzaron sobre el territorio de lo que hoy es el Estado de Morelos. Las alianzas del conquistador con los otrora pueblos sometidos por los mexicas, trajo como consecuencia fatídica la caída de Tenochtitlán, marcando con ello el reloj de la historia moderna a partir de uno de los procesos históricos sobre los que se han escrito bibliotecas enteras. Ese episodio, denominado por los historiadores como La Conquista, posee una excepcionalidad en su significación debido a la serie de trasformaciones de carácter filosófico, político, económico, social y cultural, que la humanidad experimentó a partir del descubrimiento de América y ese encuentro-desencuentro con el otro, el mundo de lo indígena, Mesoamérica.

Contrario a las historias de bronce -que hacen apología de las historias maniqueas, de héroes y villanos-, alejados de los frívolos festejos, la conmemoración nos ofrece hoy una oportunidad inaplazable para generar un proceso profundo de reflexión social acerca de nuestro devenir histórico. En este sentido, la dimensión de las memorias colectivas en la agenda pública, constituyen un tema nodal para el desarrollo de las comunidades morelenses, asociadas con otras regiones en los estados colindantes del Estado de México, Puebla, Guerrero y la Ciudad de México en una compleja dinámica vista de manera exponencial en expresiones de intercambio cultural, religioso y económico.

La ocasión es una impronta que dota de sentido al eje constructor que hacen de la cultura y la memoria el pilar de desarrollo de una nación. Es por ello que en este artículo me propongo un breve esbozo acerca de nuestra historia política. 

Zócalo de Yautepec. Foto_ Acervo histórico del Municipio de Yautepec

 

Esbozo histórico del Estado de Morelos, su nacimiento político

Del 6 de julio de 1529 a 1766 la mayoría de los territorios de Cuauhnáhuac y Tlalnahuac, en lo que hoy es el Estado de Morelos, con sus catorce pueblos cuya cabecera fue la Alcaldía de Yecapixtla y los corregimientos de Tetela, Hueyapan, y Yautepec que había formado parte del Imperio Tenochca bajo la conquista de Moctezuma Ilhuicamina en el año de 1436, así como las tierras realengas en la zona de Cuautla, bajo encomienda religiosa de Fray Juan de Zumárraga, fueron otorgados bajo Cédula Real emitida por Carlos V de Alemania y I de España a Hernán Cortés, que en adelante ostentaría el título de Marqués del Valle de Oaxaca. En 1560 Yautepec, una de esas 22 villas del marquesado, fue nombrada Alcaldía Mayor.

La complejidad de este proceso significó una transición radical en las estructuras políticas y sociales. No me detengo en la cantidad de controversias que ha significado para historiadores, filósofos y arqueólogos la explicación de ese complejo pasado que subyace bajo nuestros pies, el escombro y la materia que recorre como nuestra sangre la existencia del cuerpo de aquello que hemos venido siendo, que somos y que negamos ser. Esa  ontología, con su hermenéutica y fenomenología, indaga, interpreta y estudia las vacilaciones de nuestra condición histórica como sociedad, y sigue causando tales polémicas y heridas hasta nuestros días que la susceptibilidad del mundo de los privilegios se manifiesta contra lo que supone un esencialismo histórico por reivindicar el pasado a la luz del presente. ¿Desde qué lugar narramos nuestro pasado? El poder del colonialismo ha sido tal que hasta nuestros días, a la deuda histórica de la colonización, se suman la deuda moral ante el agravio y el exterminio frente a la ética del deber de recordar y el derecho a la conmemoración para la restauración de las memorias colectivas. El perdón, acto moral de resarcimiento, no tiene lugar. Ni siquiera en el universo de lo simbólico, en el México de los triunfadores ni en la España que alguna vez describiera Machado en sus paradojas históricas: Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace  del pasado macizo de la raza. Una España implacable y redentora, España que alborea con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea.

En 1746, D. Joshep Antonio de Villaseñor y Fuentes, contador General de la Real Contaduría de azoguez, y comógrafo del reino, publicó su Theatro Americano Descripción General de los Reynos y Provincias de la Nueva-España y sus Jurisdicciones. Villaseñor hace una relatoría de la Jurisdicción de Quauhnahuac, llamada Cuernavaca, sus pueblos cabecera, pueblos, barrios,  y sus doctrinas, en donde se mencionan los siguientes lugares: San Geronymo Cocotzingo, S. Gafpar Tetela, Santa Maria de los Ahuacates, San Salvador Ocotepec, San To Nicolás Ahuatepec , San Mguel Chapultepec, San Diego Acapatzingo, y San Antonio Analco, Santiago Huytepec, Huitzilaque, San Buenaventura Guaxomulco, San Vicente Zaqualpa, Afumpcion Tetemalzingo, Xochitepec, Acatlipa, San Auguftin Tetlama, San Sebaftian Quentepec, S. Francifco Ahuehuetzingo, Santa Maria Alpuyeca, Pueblo de Mazatepec, San Gafpar Coaclan, S. Miguel Cuautla, Pueblo de Guizinclan, Mazatepec, San Juan Coatetelco, San Salvador Miacatlán, Mazatepec, Juan Tetelpa, San Juan Panchimalco, Natividad Tlatenchi, San Miguel Xoxutla, Tlaquiltenango, Tlayohualco, Nexpa, Tetecala, Thcocaltzingo, Ixtla, Thehuyxtla, Cuauchinola, Tequifquitengo,  Acapiztla, Amacuzque, Yautepec, S. Juan Santiago, Tepoxtlán, Santa Chatarina, Santiago, Amatlan, Sto. Domingo, San Juan, Goaftepec, Pazulco, Xonacatepec, Cuautla de Amilpas, Amacuitlapilco, Atotonilco, Tepantzingo, Atlacahualoya, Tetela, Claliftlac, Acoxchiapa, Xantetelco, Chalcaxingo, Amacuicaa, Claucac, Huichiluya, Xaloftoc, San Sebastian Archidipico, San Francifco Texcala y San Auguftin Xochitlan y Hatenango. Aparte estaban los pueblos de la jurisdicción de Tetela del Volcán:         Metepec, Xuchicalco y  Hueyapan. Dentro de la jurisdicción de Cuautla estaban los pueblos de Tetelzingo,  y Cocoyoc. El pueblo y cabecera de Ocuituco fue Corregimiento independiente de Cuautla, Tlalinilulpa, Tlacotepec, Zacoalpan y Temoac. Todos estaban habitados por indios, mulatos, mestizos y muy pocos españoles.

En 1786 se expidió la Ordenanza que estableció las doce intendencias en que estarían administradas las provincias de México y la Puebla. En 1793 Cuernavaca y Cuautla de Amilpas, que había sido Subdelegación de Intendencia, permanecieron como Alcaldías Mayores hasta 1810.  Tras el derrumbe del poder colonial, México adoptó el régimen federal y republicano; las 23 provincias en las que se dividía el Virreinato se volvieron  entidades federativas y nació el Estado Mexicano y que en al tránsito del siglo XIX, el debate entre el centralismo y el federalismo  se convirtió en el enfrentamiento político más importante, constituyendo el proceso de conformación del estado moderno en su concepción práctica, política y jurídica.

Por decreto de la Constitución de Apatzingan, el 24 de octubre de 1814, esta región formó parte de la Provincia de México. Para 1824, la Ley Orgánica Provisional del Gobierno interno del Estado de México consignó que el Distrito de Cuernavaca estaría conformado por los Partidos de Cuautla y Cuernavaca, sedes de las autoridades judiciales y hacendarias, a los que en 1825 se les agregaría el de Jonacatepec, con diez, tres y cinco Municipalidades, respectivamente; 3 eran villas, 14 eran pueblos integrados por 76 poblados pequeños, 50 haciendas y 171 ranchos. La población total era de 86, 867 “almas”. A pesar de los cambios en el sistema de organización política entre el centralismo y el federalismo, la región conservó cierta unidad territorial pero privó la inestabilidad política entre los peninsulares, criollos y mestizos, entre los que destacan los choques armados de antiguos guerrilleros como Luis Pinzón, Francisco Aldama, Vicente Gómez y Antonio Hernández en contra de algunos hacendados El nuevo distrito, cuya superficie era de 265 leguas cuadradas, colindaba al norte con el distrito de México, al noreste con el de Toluca y la subprefectura de Chalco del distrito de México, por el oeste con el de Taxco y por el sur, sureste y este con el de Puebla.

DOGSR LUNES 19 DE ABRIL DE 1869

Fue en 1826 cuando se instituyó el primer Ayuntamiento del pueblo de Yautepec, que pertenecía al Partido y Prefectura de Cuernavaca. Tiempo después, el 30 de diciembre de 1836, durante la República Centralista, con las Bases y Leyes Constitucionales de la República Mexicana, el territorio mexicano se dividió en Departamentos y la Prefectura de Cuernavaca era parte del Departamento de México. En 1838, con la entrada en vigor de la Ley de División del Territorio de la República, Cuernavaca continuó formando parte del  departamento de México. Años más tarde, en 1846  con el restablecimiento de la República Federal y la restauración de la Constitución de 1824, se volvió a la antigua división territorial de la nación. El 2 de junio de 1849 Yautepec adquirió la categoría de partido, cabecera al frente de las municipalidades de Tlalnepantla, Tlayacapan y Totolapan, que habían estado adscritas al Distrito Este “Chalco”.

Ruinas del Teatro Aurora en Yautepec, Foto Miguel Ángel

Para 1854 el Distrito de Cuernavaca, perteneciente al Departamento de México, estaba conformado por 5 partidos y las municipalidades: I Cuernavaca que era la cabecera, Jiutepec, Tepoztlán, Xochitepec, Tlaltizapán y Coatlán del Río; II Morelos, Cuautla como cabecera, Ocuituco, Tepalcingo y Zacualpan de Amilpas; Yautepec como cabecera, Totolapan, Tlayacapan y Tlalnepantla Cuautenco; y Tetecala, cabecera de partido, Tlaquiltenango y Jojutla. En 1861, en el Capítulo I, artículo 4º, la Constitución del Estado de México señalaba la conformación territorial con los siguientes distritos: Actopan, Cuernavaca, Chalco, Huejutla., Huichapan, Ixtlahuaca, Ixmiquilpan, Jilotepec, Jonacatepec, Morelos, Otumba, Pachuca, Sultepec, Temascaltepec, Tenengo del Valle, Tenancingo, Texcoco, Tetecala, Tlalnepantla, Toluca, Tula, Huascazaloya, Villa del Valle, Yautepec, Zacualtipán y Zumpango de la Laguna.

Una vez promulgada la Constitución de 1857, fue el Diputado Guillermo Prieto, como representante de los Distritos de Cuernavaca y Cuautla quien recuperando la propuesta del Diputado Prisciliano Díaz González, propuso honrar al “Generalísimo” José María Morelos y Pavón, dándole su nombre a una entidad federativa. La propuesta se vería consumada más de una década después, cuando en diciembre de 1868 el gobierno de la reciente República Restaurada realizó un consenso entre las entidades federativas para la instauración del nuevo estado. Entre 1859 y 1861 el territorio del altiplano central  sufrió innumerables ajustes administrativos, siempre por razones políticas y militares. El 31 de julio de 1861 se dispuso que al distrito de Yautepec le fuera agregada la municipalidad de Tepoztlán. El 14 de noviembre de ese mismo año el Estado de México decretó que las cabeceras de distrito recibirían el título de villas, excepto las ciudades, y que se les añadiría el nombre de un héroe. por lo que esta villa fue nombrada Yautepec de Gómez Farías. El 7 de junio de 1862, el Presidente Benito Juárez promulgó el decreto que creó tres distritos militares en el territorio del Estado de México, de los cuales el tercero estaba conformado por Yautepec, Morelos (Cuautla), Cuernavaca que era la capital y Tetecala. Al mes siguiente, 17 de julio, Juárez, promulgó el decreto por el que se crearon tres distritos militares en el territorio del Estado de México, de los cuales el tercero estaba conformado por Yautepec, Morelos (Cuautla), Cuernavaca que era la capital y Tetecala. En 1867 los habitantes de Tlayacapan, Totolapan, Tlalnepantla y Tepoztlán, solicitaron a Benito Juárez la creación del Estado de Morelos en el territorio que había conformado el Tercer Distrito Militar.

A principios de marzo de 1869 las legislaturas locales respondieron de manera favorable y bajo el argumento moderno y liberal de descentralización administrativa, el Congreso de la nación, en sesión del 16 de abril, aprobó la erección del Estado de Morelos por 112 votos a favor y 2 en contra. El sábado17 de abril de ese mismo año, Juárez promulgó el decreto mediante el que se constituyó la entidad federativa de Morelos, integrada por los Distritos de Cuernavaca, Cuautla, Jonacatepec, Tetecala y Yautepec, que hasta entonces habían formado el Tercer Distrito Militar del Estado de México. El Decreto apareció publicado el 19 de abril de 1869 en el Diario Oficial del Gobierno Supremo de la República.

Francisco Leyva, primer Gobernador de Morelos

Fue así como después de un largo periplo, el 28 de julio de 1869, en el inmueble del antiguo Teatro “Aurora” o de Yautepec, mandado a construir a mitad del siglo XIX por don Luís Pérez Palacios, también dueño de la Hacienda de Apanquetzalco, siendo Gobernador Provisional del Estado el C. Gral. Pedro Baranda, se instaló la legislatura del Primer Congreso Constituyente Constitucional y se declaró el primer Gobierno Constitucional presidido por el C. Gral. Francisco Leyva, quien obtuvo la mayoría de sufragios frente a su competidor Porfirio Díaz Mori en las elecciones del martes 13 de julio de ese mismo año.

 

La 1ª Legislatura Constitucional y Constituyente, instalada en Yautepec, estuvo integrada por los Distritos: 1º Cuernavaca, Miguel Neococha, como Dip. Propietario y Andrés Zedillo como Dip Suplente, 2º Cuernavaca, Cecilio A. Robelo como Dip. Propietario y Francisco Azacarate como Dip. Suplente; 3º Morelos (Cuautla), Lic. Juan de la Portilla como Dip. Propietario y Francisco Pacheco cono Dip. Suplente; 4º Morelos (Cuautla) Gral. Ignacio de la Peña y Barragán como Dip. Propietario y Miguel A. Gonzales como Dip. Suplente; 5º Tlaquiltenango (Tetecala) Francisco de Celis como Dip. Propietario y Agustín Robalo como Dip. Suplente; 6º Tlaquiltenango, Pedro Cuadra como Dip. Propietario y José Fandiño como Dip. Suplente; 7º Yautepec, Ignacio de la Peña y Ruano como Dip. Propietario y Manuel Rendón como Dip Suplente.

Ruinas del Teatro Aurora en Yautepec

El 6 de Agosto de 1869 en Yautepec se nombró de manera Provisional el Primer Tribunal Superior de Justicia del Estado, integrado por el Lic. Alejandro Gómez, con carácter de Presidente; Antonio Zamora, con el título de Segundo; Luis Flores y Caso, con el titulo de Tercero; y Refugio de la Vega con carácter de Fiscal. Meses más tarde, ya con la residencia de los poderes en Cuernavaca, en Homenaje al héroe de la guerra de Intervención Francesa, el Gral. Ignacio Zaragoza, la villa de Yautepec de Gómez Farías seria nombrada y elevada a rango como Ciudad de Yautepec de Zaragoza a través del decreto emitido por el H. Congreso de Yautepec del 26 de Octubre de 1869.

En 2010, en el marco de las conmemoraciones y festejos por el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana, el Congreso del Estado de Morelos otorgó el título de Histórico Municipio de Yautepec de Zaragoza, considerando el papel histórico que ha desempeñado en los grandes procesos sociales y políticos de nuestro país.

Gobernador provisional PEDRO BARANDA PADRE

A la fecha, la sede que viera erigirse al Estado de Morelos se encuentra en el abandono a pesar de varios intentos de poner en valor un inmueble catalogado como monumento histórico por el INAH. En 1984, a iniciativa de Lauro Ortega Martínez, el Gobierno del Estado de Morelos publicó el Decreto de expropiación del predio que ocupa el Teatro Aurora pero nunca se liquidó a los particulares que son propietarios del inmueble. En diversas ocasiones, durante las administraciones 1994-1997, 2006-2009 y 2009-2012, los presidentes municipales de Yautepec, Miguel Ángel Alarcón Rojas, Francisco Javier Gaspar Casteleón y Humberto Segura Guerrero, hicieron las solicitudes de expropiación sin lograr convencer de ello al gobernador Marco Antonio Adame Castillo, a pesar del apoyo solidario de la entonces Directora del Instituto de Cultura de Morelos, la Mtra. Martha Ketchum Mejía. En las dos últimas solicitudes en mi calidad de Director de Protección al Patrimonio Cultural de Yautepec, con el apoyo de diversos especialistas como los arquitectos Jafet Ortiz, Gerardo Palma y Juan Antonio Siller Camacho, así como del Cronista Cesar Ortiz Triana, y diversos estudiantes de arquitectura de la UNAM y la UAEM, me encargué de integrar un sólido expediente histórico, técnico y jurídico. Por su parte, Graco Ramírez lo asumió como una promesa de campaña que nunca cumplió como gobernador. Actualmente, el Museo del Chinelo y Grupo Cultural Yautepec A.C, junto con diversas asociaciones aliadas, distintas personalidades del medio cultural, y de la sociedad yautepecense, promueve ante el gobierno federal la iniciativa para la recuperación de un espacio que simbólicamente se ha convertido en una lastimosa y vergonzosa metáfora de abandono, desmemoria y destrucción de Morelos. Esperamos ser escuchados y atendidos por el presidente de México, Andrés Mauel López Obrador, al que estamos seguros se sumarán las voluntades políticas de los diferentes niveles de gobierno. Nos lo merecemos todos los morelenses. Se trata de dar lugar a un espacio que podría albergar la memoria histórica y cultural de esta región y esta entidad.

Decreto de Expropiación del Teatro Aurora en 1984

 

Posadata

Es preocupante que en medio de la ola de violencia por la que atraviesa nuestro territorio, como ocurrió con la conmemoración del C Aniversario del asesinato de Zapata, hoy asistimos a un deslucido “festejo” al que no ha sido convocada la sociedad civil, ni por parte del Congreso ni por el Ejecutivo estatal, por el contrario, a vista de todos privó una actitud desairosa contra las autoridades municipales y el pueblo de Yautepec, a quienes se les arrebató la conmemoración, trasladándola a Cuernavaca, a pesar de que la comunidad había sido anunciada como la sede de los festejos y conmemoraciones. 

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