El último partido de Axel

Axel y sus amigos

Por Máximo Cerdio

Cuernavaca, Morelos; 23 de abril de 2019. La cancha de basquetbol del campo deportivo Satélite, en la colonia del mismo nombre, había sido adornado por los chicos y sus padres con globos y con cartulinas; una de ellas, la que tenía un retrato del pequeño decía:

“Un excelente jugador de baloncesto, un gran amigo, un increíble compañero, partió de nosotros pero ya estás en un lugar mejor, aunque hubiera preferido que siguieras aquí”.

Los familiares del chico habían llevado su cuerpo dentro de un ataúd blanco y sus compañeros de equipo jugaron un juego en su honor, como si estuviera participando con ellos, como uno más, desde una imagen donde enseñaba los pulgares vestido con el uniforme de su equipo de básquetbol Cobras Pino o desde la fotografía del cuadro sentado sobre la caja blanca.

Hubo muchas lágrimas y abrazos de sus compañeritas de equipo, que se limpiaban las lágrimas y se posicionaban para iniciar el último juego que jugarían con él.

Las porras para Axel fueron acalladas un grito desgarrador, que salía desde lo más profundo de una mujer que había permanecido callada por más de una hora:

–¡Axel, párate de ahí. ¡Ven a jugar mi amor! ¡Me mataron a mi bebé! –gritaba, la madre de Axel con un muñeco de trapo en la mano, en tanto era abrazada por su esposo. Los dos, muy jóvenes, morenos, delgados.

Durante la realización del juego, entró a las canchas una anciana que dijo ser la abuela de Axel. Varios reporteros la fueron a entrevistar.

La mujer dijo que su nieto era un niño muy sano, no le hacía daño a nadie, que se dedicaba a su escuela y a jugar, porque le gustaba mucho el básquetbol:

–No es posible que hayan privado de la vida a una criatura de diez años. Les pido a las autoridades que hagan algo –exigió.

Los papás de Axel se acercaron al ataúd y un camarógrafo comenzó a grabarlos. Un hombre vestido de blanco con mezclilla se acercó al camarógrafo y le dijo que se retirara y una mujer, familiar del niño, comenzó a gritar a todos los reporteros que se salieran de la cancha y que ya no siguieran cubriendo. “No saben hacer su trabajo. No saben respetar”, reclamó.

Ante esto, los reporteros comenzaron a abandonar la cancha y se fueron.

El partido continuó con jugadores de más edad.

Minutos antes, a las 3.05, cuando el ataúd con el cuerpo del niño era introducido en la cancha, el papá de Axel “N”, se le fue encima a uno de los reporteros y le dio un puñetazo en la boca. El agredido se retiró dolido y siguió grabando aspectos. Según se pudo observar, el reportero había grabado a los papás del niño y éstos habían exigido a los medios de comunicación que no querían ser grabados con video ni con cámaras y que no hablarían a la prensa.

A las 2 de la tarde, los familiares habían citado a los reporteros en la calle Vicente Guerrero, en la colonia Granjas. De ahí partiría el cortejo hacia el campo deportivo para realizar el homenaje de cuerpo presente, y de ese lugar se taladrarían a la colonia Atlacomulco, haciendo una parada en la escuela Primaria Mártires de la Libertad, en donde sus compañeros recibirían el cuerpo; hecho esto, se encaminaría al panteón municipal de la colonia Atlacomulco.

Pocos minutos después de las dos de la tarde varios reporteros llegaron al lugar indicado de donde partiría el cortejo. Fueron recibidos en una casa con las puertas de un garaje abiertas, en donde comía un grupo de personas. Los invitaron a pasar y adentro, una mujer, que afirmó ser familiar del niño Axel les dijo que no habría declaraciones de nadie y que sólo podrían documentar el homenaje en el campo deportivo; que estaba prohibido sacar videos o fotos a la mamá y al papá del niño y que no debían citar nombres.

Axel, un recuerdo de sus amigos

De acuerdo con esta mujer, que no quiso dar su nombre, la razón de esta decisión de la familia fue porque ese mismo día en esa calle había pasado un perifoneo anunciando que el niño fue “asesinado por un ajuste de cuentas de la familia” y cue compraran el periódico.

Aun cuando los reporteros insistieron en que ellos estaban ahí para escuchar a la familia y que la sociedad podría tener esa versión de la familia por conducto, la mujer se negó rotundamente a dar declaraciones o decir quién podría informar:

–Las autoridades no nos han dicho nada, ni nos van a decir. Ustedes fueron invitados para grabar el homenaje. Después, pueden preguntar con quien quieran, pero no a la familia, no den nombres, no graben a los papás del niño –advirtió.

De acuerdo con las autoridades policiales y judiciales, Axel “N”, de 10 años de edad, murió la madrugad del lunes 22 de abril en el hospital del IMSS de la avenida Plan de Ayala de Cuernavaca, al que fue ingresado un día antes, tras recibir un impacto de proyectil de arma de fuego en el estómago en la colonia Atlacomulco, en Jiutepec.

Horas antes, el fiscal general  Uriel Carmona Gándar fue entrevistado a la entrada de una reunión y dijo  que los familiares del niño estaban en su derecho de manifestarse esta tarde por el hecho ocurrido. Y abundo:

“En el caso de este menor de edad lo que tenemos hasta ahorita es nada más que desafortunadamente fue un ataque de una riña que pudo afectar a este menor, no fue una agresión en contra de él en específico».