Madre rompe círculo de violencia y denuncia a su hijo, “era el diablo”, dice

Yesenia Daniel

Jojutla, Morelos; 27 de marzo de 2019. “Metieron a la cárcel a mi hijo desde que lo denuncié, pensaba que un día me iba a matar”, estas fueron las palabras que más trabajo le costó decir a Raquel Nava Peralta de 87 años de edad, madre de un hombre que nunca pudo enderezar su camino y que hoy adulto, terminó como una persona irascible, sin ocupación y con problemas de adicción a las drogas.

Esta mujer de 87 años de edad se encuentra ya tranquila en su hogar en Jojutla y hace un llamado a las personas que sufren de violencia a romper el círculo, no es fácil pero tampoco imposible, dice.

Su hijo, de quién omitió su nombre, tiene en la actualidad 62 años de edad, y una orden de alejamiento.

«Empezó a drogarse desde que tenía como 8 años, se traía el thiner y era lo que se la pasaba oliendo con un pañuelo,  y así pasó mucho tiempo y se hizo violento, terminó la primaria pero después  ya no quería estudiar, me dijo ‘yo te voy a ayudar a trabajar’, y él estuvo estudiando yo lo obligaba a que fuera a la escuela, fue a la prepa, luego me dijo que iba a estudiar medicina pero no le gustó, revalidó sus materias y empezó a estudiar contabilidad pero después se metió a trabajar en el ayuntamiento y ahí conoció a una muchacha que era secretaria y se casó. Él dejó de estudiar y se puso a trabajar en lo que le cayera, vendiendo libros, muebles, estuvo en un periódico pero él seguía en su vicio, pero últimamente ya no lo soportaba porque ya me golpeaba, decidí poner mi demanda porque dije ‘no, un día me va a matar’, yo sé que es el diablo que está trabajando con la gente, es el demonio y ya se transformaba, era una cosa que no era él, sino alguien estaba dominándolo y me dio miedo porque yo ya veía que su mente ya no le ayudaba, fue así que yo tomé la decisión de ir a demandarlo. Me dolía porque es mi hijo porque un hijo, aunque sea malo, no deja de ser el hijo de uno».

El año pasado Raquel se decidió y acudió a la Fiscalía regional a presentar la denuncia por violencia doméstica. El juez del caso concedió suspensión condicional del proceso, es decir, el imputado está en libertad bajo estrictas medidas de control supervisadas por Unidad de Medidas Cautelares (UMECA), porque no cuenta con antecedentes penales ni registro criminal, durante los siguientes tres años, no puede acercarse a la víctima o a su domicilio, tiene que pasarle pensión de 500 pesos semanales, debe tener un trabajo estable, tomar terapia sicológica y contra las adicciones. Si incumple estas medidas, la Umeca da vista al Ministerio Público y éste puede solicitar la orden de aprehensión para que se le sentencie a prisión. La víctima cuenta con medidas de protección.

A Raquel le falta poco para cumplir un siglo de vida, ha sido testigo de varios acontecimientos de la historia contemporánea y de los cambios de la sociedad, nació en las primeras décadas del siglo pasado y ha visto el deterioro del entorno tanto en el aspecto ambiental como social, por eso opina que la pérdida de respeto a los padres y aún más a los adultos mayores, es un síntoma de una enfermedad social grave que ha traído como consecuencia un incremento descomunal de violencia.