El Capitán América y la leucemia
Por Máximo Cerdio
Emiliano Zapata. A las 9:45 de la mañana Andrés Alejandro Hernández Eusebio, llevaba una gorra negra y un tapabocas, el traje nuevo del Capitán América charoleba la entrada del Hospital del Niño y el Adolescente Morelense. Su abuela, Leticia, lo levaba de la mano, orgullosa, aunque el pequeño de nueve años quería soltarse: un superhéroe no necesita ayuda, está para ayudar.
Andrés se veía como un niño normal porque nadie lo vio en la cama 9 del piso 2 de oncología: acostado, en pijama, aburrido y con unas ganas tremendas de salir corriendo hacia su casa, más cuando supo que los migrantes de la Federación de Clubes Morelenses (FCM) de Chicago le habían mandado una bicicleta; eso fue el sábado 9 de febrero, cuando las coordinadoras de la FCM entregaron dinero en efectivo a Leticia Pineda Martínez, para ayudarla en los gastos de transporte del pequeño, ya que viven en Yautepec y no tienen dinero para pasajes o comidas y para otros gastos menores que requiere un niño enfermo de leucemia. André había sido internado desde el nueve de febrero (saldría el 11) por fuertes dolores de cabeza.
Hoy, 15 de febrero, Andrés se ve alegre, recibirá una bici nueva y en el segundo piso del hospital sus compañeritos pacientes y sus familias tienen una fiesta por el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil: habrá pastel, golosinas, regalos y llegaran superhéroes a visitarlos.
Una vez que las coordinadoras de la FCM entregan la bicicleta a Manuel, éste da las gracias y se aferra a ella, la lleva hacia la entrada del hospital y se la encarga al vigilante. Entra con su cáncer en el cuerpo, vestido como el Capitán América.
El sábado pasado, Leticia Pineda Martínez, de 57 años, ama de casa, relató que ella cuida al pequeño, que se le detectó el cáncer a principios de octubre de 2018, y que desde ese momento ella se ha hecho cargo del niño. También contó que tiene a tres nietos más bajo su cargo y cuidado: una de 17 en la prepa, una de 13 en la secundaria y otra de 11 años, que va en la primaria y es hermana de Andrés.
«No recibo apoyo de los padres de mis nietos o si lo recibo es muy pero muy poco, y es muy difícil sobrevivir, antes tenía yo una pequeña frutería, pero con la enfermedad de mi niño tuve que perderla, porque cuando se enferma o está en tratamiento ocupa todo mi tiempo. A principio de octubre del año pasado le diagnosticaron leucemia y comenzó sus quimioterapias. El próximo martes 19 de febrero le toca quimio, de nuevo”, dijo.
Minutos después de la entrevista, en el área de oncología, las familias de los pequeños pacientes tendrían una fiesta.
Por primera vez en el hospital se tocaría la “Campana de la vigilancia”: ocho niños que “sobrevivieron” al cáncer pasarían a tocar una campana metálica, como señal de que concluyeron una etapa (de tratamiento con quimioterapias) y entraron a otra, la de vigilancia de su enfermedad.
El director del área de oncología, Omar Tello Terán, dijo que tenían 119 pacientes activos. Alrededor de sesenta niños ingresan al año a esta área, hay más niños que en niñas, de todas las edades hasta los 19 años, mayor incidencia de 5 a 9 años, provenientes de todos los municipios de Morelos y de algunas partes de Guerrero, ya que es un hospital regional.
Por su parte el doctor Omar Beltrán Galindo, responsable estatal del Prevención y tratamiento del cáncer en la infancia y la adolescencia, dijo que el cáncer es curable si se detecta a tiempo y afirmó que los padres pueden ayudar a detectar este padecimiento:
“El principal diagnóstico es la leucemia aguda, los síntomas de alarma son palidez, cansancio, fiebre por más de siete días y que no responde a tratamientos, sangrado por nariz, aparición de moretones sin causa aparente, puntitos en la piel, dolor de huesos incapacitante. Para el caso de tumores del sistema nervioso central, los síntomas son dolores de cabeza progresivo, que no responde a tratamiento con analgésico y vómito en la mañana o en la madrugada, dolores de cabeza. En el caso del linfoma, hay crecimiento de ganglios, si es arriba de la clavícula pude ser un cáncer que viene del tórax, los ganglios que miden más cuatro centímetros en cualquier parte del cuerpo, cuello axilas inglés se deben revisar porque son indicativos”, explicó.