Abren Honorata, en la otra zona cero del sismo

Marco Oseguera y David Flores, socios fundadores de Honorata

Yesenia Daniel

Jojutla, Morelos; 31 de octubre de 2018. Si se diera una referencia de la calle Ricardo Sánchez en Jojutla, se podría decir que es la otra «zona cero» del sismo del 19 de septiembre. En esta calle la escena que se dibujó pasados unos segundos después de la catástrofe, fue como si una fila de fichas de dominó hubieran caído una tras otra; muchas casas antiguas prácticamente se desmoronaron con la sacudida sísmica y muchas personas también murieron, tal vez más de 5.

Otra característica de la calle Ricardo Sánchez, es que es la más antigua del municipio y por supuesto, la que movió la actividad económica y abrió brecha para que este lugar fuera económicamente importante.

Por eso la reapertura de la cafetería Honorata, ubicada en esa calle, representa el avance de un paso importante en la recuperación de la actividad económica y el ansioso regreso a la normalidad de los vecinos y comerciantes en el centro de Jojutla, en donde la herida sigue en proceso de cicatrización.

Precisamente hace un año, el doctor Kit Miyamoto, especialista internacional en construcciones colapsadas por sismos de la comisión de California, visitó Jojutla para evaluar los daños, y de acuerdo a su experiencia consideró que hay dos elementos vitales para la reconstrucción de ciudades afectadas por sismos: la reactivación económica y un buen modelo de reconstrucción.

“Se necesitan dos cosas: sí se necesita dinero y economía de apoyo internacional y nacional, y en parte está bien porque la mayoría de los daños son comerciales, son privados, se tiene que reconstruir el sector comercial en cuanto más rápido mejor porque ellos generan empleos y proveer empleos es muy importante, reactivar la economía local. El dinero es uno, la segunda cosa es la ingeniería, buenos ingenieros, no simplemente derribarlos y reconstruir, tiene que ser creativo para ser reconstruido y reforzado porque eso es mucho más rápido y más económico”

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Marcos Oseguera Olvera y David Flores Ocampo, socios fundadores de la panadería Honorata, sabían muy bien esto, por eso después de cumplir con una labor social ayudando a vecinos en la etapa de emergencia ayudando a sus vecinos a salir de entre los escombros, coordinando entrega de víveres y construyendo refugios temporales,  decidieron reaperturar nuevamente la cafetería a 13 meses del sismo.

«El motivo principal por lo cual decidimos abrir fue la economía. Nosotros como micro empresarios nos preocupa la economía de Jojutla porque sí hay un problema muy fuerte, se está cayendo la economía y ninguna autoridad política o de gobierno se está preocupando por levantarla y esto está afectando a toda la zona. La economía de Jojutla se podría perder si no hacemos algo. Para nosotros fue muy difícil emocionalmente, abrir porque estamos muy comprometidos con nuestros vecinos. Esta calle estuvo prácticamente un año en el abandono», explicó Marco Oseguera, quien también es el arquitecto que se encargó del diseño del local que no registró grandes daños.

La calle de Ricardo Sánchez vivió el duelo de sus habitantes, por meses se mantuvo a oscuras, con calles abiertas dejando entrever sus entrañas, con un desorden propio del caos, con las pocas bardas que quedaron en pie sucias de polvo y escombros.

De acuerdo al tour operador turístico Moisés Cruz Arredondo, la calle de Ricardo Sánchez adquirió este nombre a mediados del siglo pasado, y muy antes fue la calle Real que desembocaba en la Villa del arcángel de Xoxoutla y que unía la plaza de arriba y plaza de abajo, lo que hoy son la plaza Alameda y el Zócalo; en esta zona se movía el comercio y la gente en Jojutla.

Aquí había al menos 30 casas que formaban parte del catálogo de inmuebles históricos de finales del siglo 19 y principios del 20, según tenía registro el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); muchas de ellas como la Casa Ejidal ya no existen ni se pudo siquiera rescatar porque quedó mortalmente dañada.

Los comerciantes de esta calle como los de la pozolería La Nena, o los de la tortillería La Purísima, saben que si le va bien a uno les va a ir bien a todos, por eso, la reapertura de la cafetería representa un beneficio para todos porque la gente vuelve a pasar por la calle y a comprar en los otros negocios.

La calle de Ricardo Sánchez sigue lastimada, enfrente de la cafetería Honorata se siguen realizando los trabajos de rehabilitación del parque de la Alameda, no hay alumbrado público y los negocios deben cerrar temprano para no tentar a la delincuencia, «la reapertura significa mucho para nosotros porque nuestros clientes nos escribían y pedían que abriéramos, esta es nuestra manera de contribuir y de decir que aquí estamos y nos los vamos a dejar solos», menciona Marco Oseguera.