Entre basura, agua encharcada, sanitarios sucios o inservibles y excremento de pájaros, así toman clases alumnos en primaria de Jojutla a un año del sismo
Yesenia Daniel
Jojutla, Morelos; 6 de septiembre de 2018. En el auditorio municipal de Panchimalco, alumnos de la primaria «Juan Jacobo Rousseau», toman clases en carpas que la Unicef envío a Morelos cuando la tragedia del sismo dejó aturdida a una población que desconocía la fuerza destructora de un terremoto.
Las carpas se usarían para la fase de emergencia pero ya ha pasado prácticamente un año, y los niños siguen tomando clases en un ambiente inadecuado, muy alejado de la realidad del nuevo modelo educativo.
Los padres se reunieron ayer afuera del auditorio para planear acciones desesperadas porque no comprenden cómo es que a un año del sismo, su escuela que no resultó tan afectada como otras, y en donde sólo sería reemplazada la barda; todavía no está lista.
«Ya no sabemos qué hacer ¿qué podemos hacer?, ya no sabemos con nuestras autoridades. Es que no es posible que otras escuelas, la Cuauhtémoc ya se las van a entregar, la 10 de abril, y nosotros de la Juan Jacobo Rousseau todavía no, siendo que no fue tan afectada. Queremos que nuestros niños estén bien», comentó una madre de familia.
La primaria «Juan Jacobo Roussseau», se ubica en la calle Ricardo Sánchez en el centro de Jojutla. A pesar de que la calle quedó sumamente afectada y con decenas de viviendas colapsadas, las instalaciones de la primaria quedaron en pie; las afectaciones graves se tuvieron en la fachada y la barda; y la restricción de no usar las instalaciones se dio porque el plantel quedó enmedio de una zona de desastre, por lo que se decidió cerrarla temporalmente, buscar una sede alternativa y aprovechar ese tiempo para levantar la barda nuevamente, no obstante en un recorrido hecho ayer con los padres de familia se constató que la barda no lleva ni la mitad de avance.
En tanto en la sede alterna que es el auditorio de Panchimalco, los niños de primero a sexto grado, junto con sus maestros, tratan de adaptarse a su realidad, algo difícil de asimilar cuando se está en clase de educación física rodeado de montones de basura, o con sanitarios inservibles y sucios.
O tomando clase con el ruido al lado como si se estuviera dentro de un enjambre de abejas por lo cerca que están las carpas y lo endeble del material que no aisla ruidos;
u oliendo o tocando excremento de pájaros que viven en el auditorio.
«Apenas lavamos las carpas y como ve, ya está sucio otra vez», dijo un padre de familia para luego mostrar cómo a pesar de que están bajo un techado se cuela el agua de lluvia y se encharca entre carpa y carpa.
Los padres de familia consideraron que han dado suficiente tiempo al Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), y que ya es hora de exigir que entregue las instalaciones listas y completas por lo que no descartaron radicalizar sus protestas.