Dos lecciones humanas

Anciano y globlos

Por Máximo Cedio

 

La regla T

Tianguis de Chamilpa. Una mujer tiene en el piso, sobre un plástico, tres reglas “T”, de color azul, de esas que sirven para la clase de dibujo técnico en la secundaria. La mujer vende aguas frescas, pero llevó a ofertar esas reglas por un encargo de un familiar.

Un niño como de seis años se acerca y se para frente a las reglas. Su familia pregunta unos pasos más adelante por unas prendas usadas de vestir. El pequeño observa detenidamente y pregunta el precio. Nadie le contesta e insiste.

La mujer le responde al fin que diez pesos; y para sí, piensa que el niño sólo está preguntando para imitar a sus padres.

El niño regresa con diez pesos en las manos y le paga a la mujer, quien ordena al pequeño que coja una de las tres, que son iguales. El niño se agacha para coger una y la mujer le intenta aclarar: “Esas reglas se llaman reglas T y sirven para….”

Unas personas que han observado todo interrumpen a la mujer y le dice que, por favor, deje que el niño le dé a la regla el uso que él desea, en las manos del niño esa regla dejó de ser lo que era y será otra cosa.

El niño escucha la conversación, luego se lleva, feliz, ese objeto, empuñándolo como a una espada.

 

Las manchas

El boticario de la Droguería y farmacia San José El Calvario surte la receta que le pongo: escudriña la macabra caligrafía del médico. Se mete a una habitación y regresa con dos frascos, me los da.

–Que yo le pregunte con qué se quitan las manchas de le van saliendo en las manos a las personas mayores.

–Tengo una pomada, que no se debe poner en la noche; pero sólo suaviza la piel. A las motitas color café en las manos se les llama “las manchas de la sabiduría” y lo mejor es no tocarlas, la vida se las va dando a uno para que resuelvan lo que los jóvenes no pueden porque no tienen la edad para ello. Mire usted, yo tengo muchas manchas y se las presumo.