Pacientes y familiares sufren triste inicio de año en Hospital Meana de Jojutla
Yesenia Daniel
Jojutla. El primer día de enero de este año, contrario al júbilo y festejo por el año nuevo, Ana Luisa Méndez Ocampo, vecina de Tehuixtla, llevó a su mamá a Urgencias del hospital Ernesto de Meana de Jojutla, el estado de salud era delicado, presentaba una hemorragia interna y por su avanzada edad, su familia consideró que debía ser atendida de inmediato, pero se equivocaron.
El hospital Ernesto Meana San Román, al igual que miles de viviendas y edificaciones tuvo afectaciones tras el sismo del 19 de septiembre, a casi cuatro meses del evento, el acceso principal del hospital sigue cerrado, y la única entrada es por el área de Urgencias, en donde igual entran personas, pacientes, ambulancias y los vehículos del personal, pero las quejas por la mala atención médica y la falta de medicamentos siguen siendo las mismas de siempre desde hace años, pero ahora con mayor énfasis por las condiciones de las instalaciones afectadas.
Después de horas de espera, Ana Luisa Méndez se molestó por las condiciones del hospital, no tenían camas disponibles, las sábanas estaban sucias, no había quien las cambiara y con el fresco de la noche mientras esperaban a ser atendidas, el Hospital ni siquiera les pudo prestar una sábana para cubrir a su mamá.
“Me acerqué a una enfermera y le dije que cómo era posible que no hubiera ni siquiera un área de espera digna para los familiares, las sillas están rotas, sucias, tuvimos que esperar a la intemperie, debajo de un árbol…, la enfermera me dijo que hiciera un escrito y que presentara mi queja formalmente para que llegara al gobernador porque las autoridades siempre dicen que hay de todo pero no sabemos dónde”, le contestó la enfermera a Ana Luisa.
Tras el sismo, el área de espera de Urgencias y de todo el Hospital, se ubica debajo de un árbol, en donde por las noches el fresco hace más pesado y angustiante el tiempo, de las dos hileras de sillas unidas por metal y plástico, muchas están rotas o sucias y no se puede sentar en ellas. La gente que está padeciendo de alguna enfermedad o dolencia espera en esta misma área a ser atendida por el personal.
Cuando le tocó ser valorada por un médico, se le informó que no había medicamentos para administrarle y que tenía que comprarlos fuera, sólo le pusieron suero.
Al día siguiente cuando más familiares fueron a visitarla, el área de Trabajo Social dio por hecho que la señora ya había sido enviada a piso, pero no, seguía en Urgencias por falta de espacio.
“De los baños ni hablamos, están en condiciones deplorables, las personas que estamos esperando noticias o cuidando a nuestros familiares tenemos que salir a buscar baños en donde al menos haya agua, ya ni hablamos de papel y jabón”, comentó Ana Luisa Méndez.